viernes, 30 de mayo de 2014

Alberto Mendióroz


Despedida

El cielo en un incendio rosa ardía
Hacia Occidente. Y era tan sedante
La luz bajo la tarde agonizante
Que eché en olvido que me despedía.

Casi en literatura, te decía,
Más que angustiado frívolo y galante,
Cómo la paz rosada de ese instante
A tu eterno recuerdo marco haría.

Pero al decirte Adiós, con el anhelo
De mi silencio emocional hablándote,
Tan ampliamente alzaste a mí tus ojos,

Que me espejé en su fondo, bajo el cielo,
Y me preví lejano, recordándote
En crepúsculos tenuemente rojos.

Fuente: Horas puras, Alberto Mendióroz, Editorial Martín García, Buenos Aires, 1915.

Alberto Mendióroz nació en Tucumán el 13 de junio de 1895. Vivió en La Plata desde los 16 hasta los 24 años. En esta ciudad fue secretario de Joaquín V. González y obtuvo el título de abogado. Entre 1920 y 1923 se desempeñó como juez de primera instancia en Salta. Murió en Buenos Aires el 13 de febrero de 1924. Sus restos descansan en la necrópolis platense junto a los de su esposa, la poeta Romilda Poggio. Si bien escribió ensayos, novelas, cuentos y obras de teatro, sólo llegó a publicar un libro de poesía: Horas puras (1915). Luego de su muerte, sus familiares dieron a conocer La luz buena del amor (1932), volumen que recoge sus poemas inéditos. Entre sus ensayos, cabe destacar “Almafuerte”, publicado en 1918 en Atenea, revista de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de La Plata. Otros ensayos suyos aparecieron, entre 1914 y 1924, en la revista Nosotros, editada en Buenos Aires.  Al igual que Delheye, Ripa Alberdi y López Merino, sus compañeros de ruta en la poesía, Mendióroz murió tempranamente, dando lugar a la llamada “primavera fúnebre”, expresión acuñada por Rafael Alberto Arrieta con la que se conoce a este grupo de poetas pertenecientes a la “generación del 17” o “primera generación platense”. “Lírico de acentuado intelectualismo –según su hijo Hugo, que también fue poeta– expresó sus dudas filosóficas y su visión romántica con penetración analítica y trazo clásico”. Aunque su obra poética suele ser asociada al mundo de las ideas antes que al de los sentimientos, no faltan en ella poemas alusivos a la paz hogareña y otros de tono intimista y amoroso.

Foto: Tumbas de Romilda Poggio de Mendióroz  y Alberto Mendióroz en el Cementerio de La Plata. Fuente: C. C.

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