lunes, 31 de julio de 2023

Andrés Szychowski


Apóstoles
 
Me acerco al cementerio y observo
que la cruz de la iglesia
está levemente inclinada hacia la izquierda
(decime si eso no es hermoso)
Pienso si me enterrarán en La Plata, Buenos Aires,
o en Apóstoles, Misiones
(decime si eso no es hermoso)
Segundos después, identifico a una señora
que me observa con odio
(lo que me hace ser sujeto de su odio)
La observo con más detenimiento
y advierto que no me dirige la mirada,
se la dedica al vacío
(yo soy el que se proyecta en ella,
de hecho me hace acordar a un amor de la infancia
cien años después)
De golpe, estoy a diez cuadras de la señora,
de mi madre ahorcada
(decime si eso no es hermoso)
Doy la vuelta, quiero hablarle,
decirle que la recuerdo
cuando me olvido de que nací
Cuando paso por la puerta de su casa
sólo encuentro un tronco
me subo y, para mi sorpresa,
lo que aparece en primer plano
es la inclinación de la cruz
(decime si eso no es hermoso)
En ese instante, frente al cementerio,
tengo un ataque de pánico
(te consulto si en el sufrimiento
no hay una pizca de belleza)
Un ataque de pánico no es otra cosa
que no poder alcanzar las cosas
Para poder romperlas o acariciarlas
 
 
Cuervo
 
A esta altura, todo se repite
menos la repetición
El cuervo de Poe está en cualquier lado
Todos tenemos un cuervo
o una mancha de nacimiento
(una piedra que se vuela
un vuelo adentro de esa piedra)
Pero el tormento de Poe
es la corporización
más exquisita
del concepto de tormento
Un tatuaje mal hecho
y, por eso mismo, ominoso
El rictus de alguien
que vuelve de la muerte
y abre los ojos
en una habitación vacía
 
 
Figueras
 
Cuando estoy frente a un cisne
lo primero que veo
es un gran signo
de interrogación, hecho carne
Luego, carne de ave y cartílago
y líquido amniótico, siempre de ave,
adentro de un signo de pregunta
Más tarde, a un ser altivo
que se pavonea con sus blanquísimas plumas
y me hace acordar a Zeus
y sobre todo a Leda
(lo que representa
y lo que no representa Leda)
Al mismo tiempo, descubro a Dalí
junto a Leda atómica, su mejor cuadro,
en donde Gala se dispara
con un cisne en la sien
(esos cuadros no se pintan, se hacen)
Así y todo, entiendo que ese monstruo
se va a morir, tarde o temprano,
lo que acentúa su lado siniestro
(como una perla, una pestaña
o un padre
que no termina de nacer)
 
 
Transilvania
 
Luego de largas semanas
de viaje en carreta,
por sinuosos caminos
de nieve mezclada con barro,
estoy, por fin, en Transilvania,
en el sombrío sótano
de un castillo del siglo XV
con un ataúd abierto
frente a mis ojos,
empuñando una estaca de madera
que atraviesa el corazón
de un señor con capa,
que se desintegra
hasta el mismísimo polvo
Sin saber qué será de mí
 
 

Orquesta

a Gustavo Caso Rosendi

Estás otra vez en Las Islas
Soy un niño y seré tu amigo
cuando pasen 20 años de la guerra de Malvinas
Volviste para ver cómo la nieve
se mezcla con el barro
Porque metiendo los dedos
en esa masa original
nacería una muerte menos
Porque el horror no nacido
quedaría atrapado en el ojo del maniquí
de la tienda navideña
Lo sabría el ocasional perro callejero
que le ladraría a ese ojo, y no a otro
Reconocerías la escena
y, si te dieran ganas,
le darías asilo a ese ladrido
en otro poema magistral
O, simplemente, romperías la vidriera con un zapato
Revolvés el barro, le ponés una bola de nieve,
como sirviendo otra bocha de helado,
con ágil lentitud,
como si dirigieses una orquesta de silencio
con brazos enyesados y dedos sueltos
Los pájaros te dan la espada
para divisar al enemigo:
en verdad intentan mantener a raya
a sus propios miedos
Siempre me pregunto cuál es el miedo de un pájaro
¿El miedo a olvidarse de volar?
¿A olvidarse de volar sin previo aviso
y caer en un pozo que nunca termina?
¿O a caer lentamente, lo que sería peor aún
si se está en el mismo pozo?
¿El miedo a nacer asesino de aves exóticas?
¿A ser taxidermista de sus propios hijos
y exhibirlos en un museo
en el que tengan la mayoría de las acciones
y que un día la Bolsa de Valores
les juegue una mala pasada
y no les quede otra
que vender su equipo de beisbol?
¿El miedo a nacer otra vez pájaro en Las Islas
y saber que su madre final
será una explosión humana?
¿Humana en el sentido malvado de la palabra malvado?
Lo cierto es que seguís ahí,
acercándote a la forma del universo,
forma que tiene cuerpo y cabello de humo
porque el Universo es humo
a lo largo de un tiempo
que se contrae al ritmo de las mentiras
Mientras tanto, en el mar, una ballena
se calla cada vez más fuerte
hasta que se escuchan sus latidos
Es una suerte de tambor ancestral
Te das cuenta de que nunca percibiste los tuyos,
y te prometés darles una oportunidad
¿Ves? Son iguales a los de la ballena
cuando viaja hacia aguas más profundas
para dejarte solo, enteramente orquesta
La canción de barro y nieve continúa
Tres ovejas ciegas
persiguen las sombras
de tres ovejas ciegas
Un pingüino mira hacia el horizonte
y comprende que él mismo es el horizonte
Todo, todo, es parte de tu orquesta de infinito roto
Tus dedos mueven las moléculas del frío
hasta llegar al centro de la masa
y ocupar el nombre del Frío
Pero un segundo antes
de sumergirte del todo, te detenés…
Pasan los años y me adoptás como hermano
Me enseñás que “la poesía
es la unión de dos palabras
que uno nunca supuso que pudieran juntarse,
y que forman algo así como un misterio”,
como decía Federico García Lorca
Por eso leés un poema sobre Malvinas
y volvemos a brindar, con nuestros amigos,
por nosotros, por los que no están
Mientras una ballena emerge y te mira
 
Fuente: Singapur, Andrés Szychowski, Pixel Editora, La Plata, 2022.
 
Andrés Szychowski nació en La Plata en 1976. Es poeta y Licenciado en Psicología. Ejerce la docencia en la Universidad Nacional de La Plata. Publicó cinco libros de poesía: 17 discos de música africana (La Terminal Gráfica, 2009), La redundancia (La Terminal Gráfica, 2011), Poezja (Zindo & Gafuri, 2015), Antón Pávlovich (Pixel Editora, 2018) y Singapur (Pixel Editora, 2022). Fue incluido, además, en la antología de jóvenes poetas argentinos Si Hamlet duda le daremos muerte (De la talita dorada, colección Los detectives salvajes, 2010). Acerca de Singapur, señala Matías Fittipaldi en su reseña del libro: 

EL LABORATORIO Y LA MOSCA
 
El poeta platense Andrés Szychowski en "Singapur" –su quinto libro– nos introduce en un laboratorio poético con el que desarma la caja negra del lenguaje. Como un científico brillante/ prueba su máquina/ de teletransportación, Andrés nos invita de entrada a un universo patafísico donde el tiempo es reversible y la geografía –como el pensamiento– se resuelve en conexiones inesperadas y sorprendentes: ...nuestro pensamiento/ también es una matriz, como las telas de araña:/ una tela que se expande/ a todos los rincones del universo.
A través de sus páginas sufrimos el bello desconcierto (te consulto si en el sufrimiento/ no hay una pizca de belleza) de no saber distinguir las palabras de las cosas, que hacen carambolas entre sí. Palabras cargadas de afecto como papá/ y mamá, junto a un inventario de especies de roedores. Todos juntos en la mesa de disección, al decir de Lautréamont.
Como sujetos infectados por la mosca del lenguaje que somos, en la batalla permanente entre hablar y ser hablado, Andrés nos propone la poesía como salida del laberinto.
En "Singapur" el bestiario de figuras retóricas del lenguaje campea con naturalidad, junto a la lógica. Donde una palabra nunca puede ser igual a sí misma, sin ser igual a sí misma: Se murió la reina de Inglaterra/ Pero se murió la reina de Inglaterra.
Con humor e irreverencia enfrenta la materia poética y la solemnidad de las musas: se fue a otra hoja en blanco/ para que lo trataran con dignidad.
Este libro tiene el mérito de esperarnos con el hermoso espantapájaros de la poesía, allí donde el comunicador exige el mensaje (porque leer en público/ es ensuciar el viento).
Andrés logra en "Singapur" que el mundo funcione según la arbitrariedad del signo poético, donde la gravedad de la palabra no cae nunca por su propio peso.
  
Foto: Andrés Szychowski (Ph by Ariel Berón). Fuente: Facebook.