martes, 24 de octubre de 2023

Julián Axat


Ataúdes orbitales / e Ivert Teillier
 
En 1934 fue lanzada una de las primeras misiones al espacio
El globo Sirius surcaba la estratósfera cuando algo falló
& la nave comenzó a desintegrarse a 22.000 metros de altura
 
*
 
Sus tres tripulantes
lograron activar eyectores
& salir despedidos
 
*
 
Encontrar un cuerpo en el espacio
tarea que solo los dioses pueden lograr
solo esa idea llevó a Stalin redoblar los esfuerzos para encontrarlos
 
*
 
Pero el resultado fue infructuoso
los ingenieros apostaron a la tecnología del porvenir
 
& desde entonces
los tres cosmonautas flotan en la inmensidad
sin envejecer
 
*
 
De este hecho
el gobierno Ruso guardó máximo secreto
Incluso hasta hoy
 
*
 
En el año 1968
el diario “La Stampa” publicó la carta de un lector
que cuenta la noticia del misterioso sello postal de 12 Copecs
emitido en 1964 por el Correo Ruso
& vuelto a emitir como edición conmemorativa de 1968
 
En esa imagen de 1968
(esta vez apaisada y no vertical)
contiene en su vientre
la imagen de un sello emitido en 1965 que nunca existió
& que en realidad fue emitido en 1964
 
En esos dos estampillados puede apreciarse una estatua
& un medallón con la esfinge de tres personajes de perfil
& con ojos entreabiertos
 
De las imágenes no se infiere referencia explícita al episodio de 1934
Pero en el sello de 1964
sí figuran tres nombres: Fedoséienko / Usiskin / Vásenko»
 
*
 
Todo filatelista sabe / que en los nimios detalles
Dios deposita pistas /
& el valor del error
es señal de la eternidad / fragmento de su divino rostro
 
Como el sueño de Walter Benjamin
un policial basado solo en sellos postales
con leves y microscópicos detalles
errores casuales o deliberados
dejados al misterio de la lupa
 
*
 
La carta de “La Stampa” atribuye la revelación
al genio detectivesco de los filatelistas / que
en el catálogo universal Ivert et teillier (n° 46-48)
menciona la emisión de un sello «conmemorativo de los tres cosmonautas
P. Fedoséienko / I. Usiskin / A. Vásenko»
 
*
 
Poco después de la publicación de la carta en 1968
el sello postal de 1964 fue quitado de circulación
 
& su valor actual es descomunal
 
 
Los hijos de los obreros que serán astronautas *
 
“No encañonamos a la gente en ningún momento,
aunque sí dejamos ver que teníamos armas.
Les dije que se quedaran tranquilos y empecé a hablar de la justicia social,
la independencia, San Martín, la educación,
la salud pública,
de lo que creíamos que eran las necesidades más acuciantes de la gente.
En uno de los asientos había sentado un pibe morochito que no entendía nada.
Le pregunté qué quería ser cuando fuera grande.
Me dijo que astronauta,
entonces hablé también sobre eso:
de las pocas posibilidades que tenía el hijo de un obrero de ser astronauta
o de seguir la carrera que quisiera,
y dije que ese chico sí lo iba a poder hacer porque,
cuando fuera grande, la patria ya iba a estar liberada”.
 
* Poema a partir del testimonio de Alberto Szpunberg sobre el asalto de la Brigada Masetti al tren de Rosario en 1970, remitido a mi casilla por Juan Bautista Duizeide, a propósito de Lemuria y Perros del Cosmos.
 
 
Los poetas tuertos de Chile
 
¿Y si los poetas de Chile hubieran quedado tuertos para siempre?
Fusilados sus ojos en una pared del olvido por
los carabineros que de nuevo traen la muerte
& dejan un Neruda amputado
sin mirada desde el sarcófago
meditando en las vaciadas calotas de todos los poetas de Chile
con antifaz de piratas encendidos
& sus versos arruinados con postas de goma
Un Huidobro embravecido en la barricada con una venda sangrante
Un Teillier encapuchado arrojando pétalos de sangre
Los Parra como cíclopes de los nervios ópticos
desarmando la lógica de la pirámide social injusta
todo tan antipoético
como el fantasma de Bolaño preso en otra comisaría
 
¿Y si los poetas de Chile hubieran quedado tuertos?
sus calaveras sostenidas como Hamlets al viento
& todos los ojos apiñados en un plato
por la saña de su presidente Piñera
para comida de las aves negras de la peste de la Historia
 
 
El río invierte el curso de su corriente y el agua de las cascadas sube *
 
a Gonzalo Millán,
In memorian
 
Les quitan las esposas y la capucha, son las 7 de la mañana / es 12 de abril de 1977 / alguien los lleva al pasillo y suben a un auto / van a toda velocidad / Retrocede hasta la esquina y tirados sobre el piso / son llevados / mientras las botas se levantan de sus cabezas / Es 12 de abril de 1977 / la patota se guarda sus insultos e imprecaciones / A mi madre le devuelven el rímel / y su cartera donde llevaba escondida una granada / El rostro lívido de mi padre recupera color / La patota llega a calle 9 n° 712 / Es 12 de abril de 1977 / mientras la cuadra rodeada se repliega / el ascensor sube al piso 9° / se escucha un llanto de lejos cada vez más nítido / entran y los objetos desparramados vuelven a su orden / la patota a los gritos se retira y guarda silencio / la abuela sonríe son las 3 de la madrugada / es 12 de abril de 1977 / ya en el cuarto apagan la luz / mis padres se acuestan a mi lado / Mi llanto se deja de oír
 
* Poema publicado el 12 de abril de 2022 en el diario Página/12, a 43 años de la desaparición forzada de Rodolfo Axat y Ana Inés della Croce.
 
Fuente: El amor por los débiles y el instinto de asesinato, Julián Axat, Periféricas / Askasis, Valparaíso, 2023.
 
Julián Axat nació en La Plata en 1976. Es poeta, abogado y Magíster en Ciencias Sociales (UNLP). Fue Defensor Oficial del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil de La Plata y, actualmente, preside la Dirección General de Acceso a la Justicia de la Procuración General de la Nación (ATAJO). Publicó los siguientes libros de poesía: Peso formidable (2004), Servarios (2005), Medium (2006), Ylumynarya (2008),  Neo o el equipo forense de sí (2012), Musulmán o biopoética (2013), Rimbaud en la CGT (2014), Offshore (2016), Cuando las gasolineras sean ruinas románticas (2019), Perros del cosmos (2020) y El amor por los pobres y el instinto de asesinato (2023). Figura en varias antologías poéticas, entre ellas: Resistencia en la tierra (2014), Giovane poesía latinoamericana (2016), Atlas de la poesía argentina (2017) y Antología federal de poesía (2019). Algunos de sus poemas fueron traducidos al inglés, francés, italiano y portugués. Creó y dirigió la colección Los Detectives Salvajes de la editorial Libros de la talita dorada. Editó, además, la antología Si Hamlet duda, le daremos muerte (2010), que reúne a 52 poetas argentinos nacidos a partir de 1970, La Plata Spoon River (2014), una recopilación de poemas de varios autores que hacen referencia a la trágica inundación que enlutó a los platenses el 2 de abril de 2013, e Interestelaria (2022), colección de poemas de poetas argentinos y extranjeros vinculados con el cosmos y la ciencia ficción. En prosa, dio a conocer dos libros que incluyen textos de distinto carácter (relatos, artículos, entrevistas, etc.) sobre minoridad, justicia y derechos humanos: El hijo y el archivo (2021) y Diario de un defensor de pibes chorros (2022).
 
Foto: Julián Axat by Coti López. Fuente: El amor por los débiles y el instinto de asesinato
, Julián Axat, Periféricas / Askasis, Valparaíso, 2023.

jueves, 12 de octubre de 2023

Osvaldo Picardo


La luz de otoño no llega igual entre las nubes
 
El verano en su apuro olvida, atrás,
días de playa. Entierra un arito, monedas,
botellas sin mensaje.
 
Aún podés nadar y secarte al sol tibio.
 
Si mirás bien al fondo, cuando se retira el mar
las rocas y las hoyas brillan
descubriendo un nuevo tesoro.
No lo creerías.
Tanto baja la marea que un paisaje fósil
emerge de millones de años.
 
Otras muchas historias cuentan los buzos:
en la restinga, entre meros y barcos hundidos
tapizados de anémonas y algas esmeraldas
han visto lo que nadie conocía.
Callan como el viejo marinero.
 
El mar del otoño, tiene muchos días como estos.
Uno mira alrededor y se pregunta
qué es lo que querés que vuelva.
 
 
La tarde no es tan vieja para no arder una vez más
 
Como de la ventana de Le Gras, miramos
los techos: El atardecer antiguo.
Ninguno es igual a otro.
 
Al joven ciprés, algo inclinado,
lo ocupa una pareja de loros.
La pasionaria entre la hiedra
trepa contra el alambrado de las vías.
 
¿Sabés? Se llama “mburucuyá” en guaraní.
Lo sabés. Una vez, descubriste la flor imposible
y en los zarcillos mil orugas peludas.
Sí, mil mariposas a los pocos días.
 
La luz ya cae al fondo.
Por la pared del oeste, dos frondas se encienden,
una es el jacarandá y la otra, el ceibo.
Bajo la sombra cuelga una hamaca.
Un poco más allá, la cancha de fútbol.
 
La duración de la puesta de sol
depende de un lugar en el mundo,
un punto de apoyo.
Antiguo ardor de la tarde
sobre los techos de la memoria.
 
 
Un olor de hace millones de años y una palabra árabe
 
El perfume de las flores del naranjo se hospeda
en el mismo nombre que la flor.
 
Azahar huele a flores con música árabe.
 
¿Cómo se dice cuando el viento arrastra
nubes de pétalos y el aroma de los naranjos
se enreda al pelo húmedo
de una mujer que sonríe?
 
Escuché que las costumbres de las flores
no cambiaron en los últimos millones de años.
 
Me tranquiliza
la fósil costumbre que perfuma nuestro silencio.
 
 
Foto de las dos jóvenes dinkas en el Nilo
 
La aldea junto al río no es para extraños,
a veces, una o dos vidas pasan,
antes de una visita. Y nada cambia
sino los que fueron niños un día, las guerras,
los nombres en un cementerio abandonado.
 
Ellas dos asoman a mi foto
con dientes blancos y ojos de sol creciente.
No me toman en serio, vienen a reírse
del extranjero, del médico sin pacientes
que pone en un papel imágenes quietas.
 
Una de ellas me dejó ver su tatuaje oscuro,
las perlas que esconde de los pescadores.
 
La otra lloró, un día, en la puerta de casa.
¿Quién podría saber qué veneno
nubló su mirada y arrugó su negra frente?
 
Nunca conocimos nuestras voces ni nombres.
Las esperaba, las oía venir,
atrás quedaban los bueyes de largos cuernos,
la cosecha curiosa del árbol de las mariposas.
 
Como si el mundo no hubiera nacido,
así las miro, entre los nenúfares floridos.
Ríen, con las piernas en el Nilo Blanco.
 
 
La esperanza del regreso de los pescadores, en Bretaña
 
Estoy recordando un cuadro,
es de Henry Moret (1856-1913).
 
Un grupo de mujeres y también
algunos hombres asoman a un acantilado.
Dan la espalda, miran o han mirado
el oleaje, el diluvio.
Con los pañuelos blancos en las cabezas
de las mujeres, componen dos remolinos
de voces. ¿Qué pueden estar diciendo?
Una vez que descartaron lo improbable,
¿creerán en lo imposible?
 
Recuerdo oír más que ver el cuadro.
Ni siquiera el arrecife en el centro
parece estar en silencio. Acechante,
emerge con sus tres puntas
en un estallido de pinceladas
que se superponen como el ruido
de las olas martillando las rocas.
 
¿Qué alcanza a escuchar el ojo
cuando se calla la esperanza?
 
Fuente: Nadar en el tiempo, una invención apócrifa, Osvaldo Picardo, Paradiso, Buenos Aires, 2023.
 

Osvaldo Picardo nació en Mar del Plata en 1955. Vivió en La Plata entre 1974 y 1982. En esta ciudad cursó estudios en la Facultad de Bellas Artes y más tarde en la de Humanidades y Ciencias de la Educación. Actualmente, reside en su ciudad natal, donde ejerció la docencia como profesor de Letras en distintos ámbitos. Es poeta, narrador, ensayista y crítico literario. Además de su labor docente y creadora, produjo y dirigió el programa radial El Otro Lado: diario de poesía, en 1994, y organizó el 1er. Encuentro Nacional de Poetas, Mar del Plata 1998, auspiciado por la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación. Fundó y dirigió, entre 2001 y 2009, la revista cultural La Pecera (hoy editada virtualmente), de la que aparecieron 14 números. Entre 2005 y 2013, fue director editorial de la Universidad Nacional de Mar del Plata (EUDEM). Colaboró con el Suplemento Literario de Télam entre 2010 y 2012 y con catálogos para exposiciones plásticas y revistas culturales, como La Estafeta del Viento, de Casa de América (Madrid), Cuadernos Hispanoamericanos, AECI, (Madrid) y Hablar de Poesía (Buenos Aires). Su obra poética publicada incluye estos libros: Apenas en el mundo (1988), Poemas con tu altura (1989), Letras en una esfera armilar (1991), Dejar sin ventanas la verdad (1993), Quis, quid, ubi. Poemas de Quintiliano (1997), Una complicidad que sobrevive (2001), Pasiones de la Línea. Poemas de Nicolás de Cusa (2008), Mar del Plata seguido de Otros lugares y viajes (2012), 21 gramos (2014) y Nadar en el tiempo. Una invención apócrifa (2023). Poemas suyos fueron recogidos en varias antologías, de las que sobresalen: Poesía argentina de fin de siglo (Vinciguerra, 1996), Signos vitales. Una antología poética de los 80 (Editorial Martin, 2002), Poesía argentina del S. XX  (Visor, 2010) y Poesía de pensamiento. Antología de poetas argentinos (Endymion, 2019). Una selección antológica de sus poemas fue publicada, asimismo, por Cuadernos orquestados, colección dirigida por Abel Robino, con el título O. P. Vida de poesía (Ernesto Girard Editor, 2008). Entre sus libros de ensayo y crítica literaria figuran: Primer mapa de poesía argentina. Solicitudes y urgencia. El noroeste: La Carpa y Tarja (Editorial Martin, 2000), la edición de la Antología poética de Joaquín O. Giannuzzi (Visor, 2006), Poesía de pensamiento. Una antología de poesía argentina (Endymion, 2016) y Colgados del lenguaje. Poesía en las ciencias (Baltasara Editora, 2018). En narrativa dio a conocer: Perón en el jardín y otros relatos (edición del autor, 2018) y, en colaboración con Sara Cohen,  Un tiempo sin destino. Fragmentos de un discurso en pandemia (Paradiso, 2021). Recibió, además, las siguientes distinciones; el Tercer Premio de Poesía Fondo Nacional de Las Artes (2000), el Premio Municipal Alfonsina Storni y el Premio a la Trayectoria Lobo de Mar de la Fundación Toledo de Mar del Plata. Los poemas incluidos en esta página pertenecen a Nadar en el tiempo, libro en el cual, a semejanza de una ficción borgeana, el autor atribuye los mismos a un tal Antonio J. Orbe, un médico blanco de la Cruz Roja que “salvó la vida de algunos desahuciados y lloró la muerte de muchos otros”; un dipsómano que, paralelamente, “escribía poesía “bajo un castaño, con una botella de gin”, “en el olvido y la soledad de un rincón perdido del planeta”, más precisamente, en Nairobi. Todo cuanto concierne a Orbe resulta incierto y verosímil a la vez, porque Orbe es más que una “invención apócrifa”: “Orbe son todos los poetas, Orbe son todas las lenguas, Orbe es la imposibilidad de la traducción y Orbe es el poema que nunca llegamos a escribir”. Para más datos, ver el siguiente video: https://www.youtube.com/watch?v=G9Ny0fF3V9o
 
Foto: Osvaldo Picardo. Fuente: Facebook.