miércoles, 25 de septiembre de 2013

Olga Edith Romero




















Niñez

Niñez sola,
con soledad absorta de quien no tiene hermanos.

Con escarabajos
surgiendo de la tierra
mientras se los espera
acostada, los codos apoyados
sobre el césped húmedo.
Nogal compartido con gorriones.
Pasajeros del cielo
en momentos de descanso.

Infancia feliz
con aroma de gato acariciado.
Pies descalzos
chapaleando el llanto del otoño
y la complicidad del viento
cuando corría sobre tapices de hojas
para sentirme pájaro luminoso y desnudo.

Niñez lejana
con miedo a los miedos.
Llantos y pesadillas.
Y el tiempo como capas de cebolla
dibujando la piel y exterminando monstruos
que habitaban debajo de la cama.

Fuente: Apenas travesía, Olga Edith Romero, Cuadernos de Sudestada, La Plata, 2001.


Mutantes

Han salido los mutantes/
empujan carros de basura hacia la desesperanza/
comen lo no comible/ se visten con harapos/
esconden la vergüenza de no mostrarse humanos.
Los niños oscuros de frágiles extremidades
y abultados vientres/
suelen abandonar la suciedad de las esquinas
con alas de libélulas.
El sucio anochecer se levanta en vapores/
es el apocalipsis que ha llegado/
tiene la voz del viejo que cubre con cartones/
su figura de durmiente transitorio.
No te asustes viajero/
acá en el sur
ya se cumplió la profecía.

Fuente: Acá en el sur, Primer Concurso Provincial de Poesía Francisco López Merino, Municipalidad de La Plata, 2003.


Tanta pequeñez

Nuestra humanidad
tiene la pequeñez
del comején
y pretende que un Dios
se ocupe de sus días y sus noches
cuando un enorme
y oscuro pie
destruye el hormiguero.

Fuente: El desierto es un grano de arena, Olga Edith Romero, Ediciones Último Reino, Buenos Aires, 2004.


¿En qué piensa?

¿En qué piensa Dios
que no mira el juego de los hombres?

Cada distracción
se revela en cadáveres.

“Una vida nada vale,
pero nada vale más que una vida” *

 * Malraux

Fuente: El desierto es un grano de arena, Olga Edith Romero, Ediciones Último Reino, Buenos Aires, 2004.


Abu Ghraib 2004 *

El ángel adolescente
sonríe en su ropa de fajina.

Salta sobre cuerpos mutilados.

Su invisible soga de juegos canta
“Soy la reina de los mares
quién me quiere conocer”.

Un coro extranjero
golpea las palmas.

* Cárcel de Bagdad donde militares norteamericanos torturaron a iraquíes.

Fuente: El desierto es un grano de arena, Olga Edith Romero, Ediciones Último Reino, Buenos Aires, 2004.


Una canoa

 A Tomy

Una canoa surca el río
deja huellas el remo
y una pequeña estela.
La luna alumbra al remero
y su sombra se desliza entre las olas.
Sólo se escucha el golpeteo en el agua,
todo es silencio.
El navegante va con los ojos fijos
hacia un lugar que sólo él conoce.
Esos ojos que pueden mirar la noche
como quien mira un espejo.
Avanza sin apuro,
con la seguridad de llegar hasta el lugar soñado.
Nadie puede detenerlo,
ha dejado en la orilla su pasado y su futuro
colgados de la rama de un manzano.

(Inédito, 15 de septiembre de 2012)

Fuente: Gentileza de Olga Edith Romero.

Olga Edith Romero nació en La Plata el 4 de octubre de 1949. Vive en City Bell. Es docente y Master en Periodismo y Comunicación Social. Entre 2000 y 2003, se desempeñó como periodista de investigación en la Universidad Nacional de La Plata. Publicó los siguientes libros: Colores de sol y lluvia (literatura infantil, Editorial Plus Ultra, Buenos Aires, 1986); Cuentos de Azúcar y limón (cuentos, Faja de Honor de la SEP, 1996/97 y Faja de Honor de la SADE, 1996/97, Editorial Plus Ultra, Buenos Aires, 1996); Apenas Travesía (poesía, Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores, 2001, Colección Libros de Sudestada, La Plata, 2001); City Bell y su gente. Desde una mirada distinta (investigación periodística, Municipalidad de La Plata, 2003); El homicidio policial (artículo compartido con otros autores en el Proyecto de Investigación “Los derechos humanos y la prensa gráfica argentina desde 1976 a 2001”, Anuario de Investigaciones 2002, Periodismo y Comunicación Social, UNLP, La Plata, 2003); El desierto es un grano de arena (poesía, libro destacado del año por el Concurso Internacional Honorarte 2005 y Premio “Benito Lynch” 2005, Ediciones Último Reino, Buenos Aires, 2004). Poemas suyos fueron traducidos a varios idiomas e incluidos en diversas antologías y recopilaciones poéticas, entre ellas: Casi un canto (Antología publicada por el Ministerio de Educación de la Provincia Buenos Aires, Dirección de Educación Inicial, La Plata, 1990); Sudestada (cuaderno compartido, Ediciones Sudestada, La Plata, 1995); Poesía Argentina de Fin de Siglo (antología, Editorial Vinciguerra, Buenos Aires, 1996); Veinte Voces de Buenos Aires (antología de poesía, Libros del  Zahir., Buenos Aires, 1998); Poesía. 36 autores (antología, La Comuna Ediciones. La Plata, 1998); Chicos. Literatura Infantil. 14 autores (antología de cuento y poesía, La Comuna Ediciones, La Plata, 2000); Escritores al fin del milenio (antología de cuento y poesía, Sociedad Argentina De Escritores, seccional La Plata, Municipalidad de La Plata, 2000); Legado de poetas. Poesía Social Argentina 1956 - 2006 (Buenos Aires, 2007). Publicó, además, las “Hojas de Sudestada” N° 3 (1984), N° 60 (1986), N° 70 (1986), N° 94 (1988), N° 133 (1990), N° 280 (2000) N° 285 (2000) y el Cuadernillo N° 25 (1992).

Foto: Olga Edith Romero. Fuente: Gentileza de Olga Edith Romero.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Julián Axat

























3.

Apuntes sobre posible identikit de “El Baby”

Ingresó a la cárcel el 23 de marzo
cuerpo desnutrido
rostro limpio jovial
asustado
escribí algo sobre él un 24 de marzo

Cuatro meses después nos volvimos a ver
Entonces escribí:

el rostro surca pequeñas grietas
patas de gallo líneas de las comisuras a los ojos se
hunden
se alejan se pierden
y el reloj biológico interrumpe se invierte
el curso de la piel en células que aceleran el proceso
por cada segundo la tierra gira a toda velocidad
a sus pies
microcosmos al macrocosmos hace trampa
asisto a ver cómo el cuerpo se defiende

Dos días antes de fin de año lo encontré
parecía bastante mayor que yo/ nadie lo notaba

Dudé en fotografiar su rostro y llevarlo ante el juez

Cuando nos saludamos la misma intuición nos despidió
para siempre


10.

“Cara de camión” policía o poeta en el 2034
(Fragmentos)

En la noche camino lento para alargar mi cuadra
para acortar el tiempo
las manos ciñendo el pecho

mirada cansada y fría avanza por la ruta
pasos firmes hasta la garita asignada
piensa:

Cómo me gustaría ser un perro entrenado
para oler drogas todo el tiempo


*

(Evocación ante un periodista)

Vos sabés...

Almafuerte era un buen escritor
y no un jodido Instituto
la música de los abismos no pude sacármela

Hace años me sigue en el tímpano/ el zumbido
yo tenía el rostro de todos los crímenes
marchita la flor reclutada por otros fantasmas
reclutados

Vos sabés...


*

(Neo-Finalismo)

Fue enviado al bosque
para que lo parta un rayo

Dios no domina los hechos

De la Selva Negra sólo se regresa electrocutado
más poeta que víctima


*

(Neo-Causalismo)

Cuando el carpintero fabricaba la cama/ supo
del adulterio que otro cometería/
en esa misma cama

Diez años después
la policía buscó/ al carpintero
cómplice del adulterio

El carpintero alegó ser el hijo de Dios
es decir/ el único autor


13.

Incendio Alcaldía Catamarca 2010

Zapatilla carbonizada en un rincón
en la posición que nadie tocó hasta ahora

La ex Juez por entonces a cargo del lugar ingresa y
rodea el perímetro
no se anima a tocarla pero se inclina y observa
el garabato en la pared a pocos centímetros del objeto

“...no olvidarme de pedir a la viejita me traiga las
zapas limpias para el lunes...

La ex Juez por entonces a cargo del lugar
hace una arcada y otra
otra y así... hasta que los vómitos se suceden
uno dentro de otro como cajas chinas cuyo final es un
profundo ahogo

Alguien ingresa con un vaso de agua
y la ayuda a retirarse


21.

Cavilación sobre el puente generacional

Cuando lo vi entrar, se produjo un largo silencio

...y entonces pasó fugaz todo el valor que yo no tenía
el que no tenía ninguno de mis hermanos
para emprender
la empresa de absoluto que tenían nuestros
padres antes de desaparecer
y aun cuando él ni siquiera iba a saber de qué hablaba
observé el aura de sus pupilas titilando pero
vaciándose lentas
en su desenfreno un dios jugando a los dados
con tendencia a caer nada que perder
y nosotros hijos absortos pusilánimes tan
cobardes conservadores
condenados a espectar esta nueva destrucción
lentamente cincelada
acaso ilusionando una pizca de esa fuerza
volviéndose a posar
ya ni siquiera sobre uno de nosotros sobre
la descendencia no nacida ni arrasada
soñando el mismo sueño a tropezones todavía posible
haciendo tiempo esperando o desenterrando
tesoros del aire inflamable
postas latentes dejadas interferidas por el abandono...

–Ey! –me dijo–, me aconseja que declare o no?

Fuente: Musulmán o biopoética, Julián Axat, Libros de la talita dorada, Buenos Aires, 2013.

Julián Axat nació en La Plata en 1976. Vive en City Bell. Es abogado y se desempeña como Defensor Oficial del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil de La Plata. Publicó los siguientes libros de poemas: Peso formidable (2004), Servarios (2005), Medium (2006), Ylumynarya (2008),  Neo o el equipo forense de sí (2012) y Musulmán o biopoética (2013). En 2010 editó la antología Si Hamlet duda, le daremos muerte, que reúne a 52 poetas argentinos nacidos a partir de 1970. Actualmente, tiene en preparación otra antología cuyo título tentativo es Estrago, que recopila poemas relacionados con las muertes producidas durante la reciente inundación de La Plata. Dirige, además, la colección Los Detectives Salvajes de la editorial Libros de la talita dorada. Según señala Guido L. Croxatto en la contratapa de Musulmán o biopoética, “Julián Axat piensa que con la palabra se puede hacer justicia. Que hay algo así como una justicia poética, justicia desde la palabra. Porque hay expulsados del lenguaje. De allí poner en palabra a los que no tienen palabra, sin sacarles o sustituir su voz, se convierte en un acto de justicia (poética) hacia los que no tienen nada que perder. Aquellos que fueron expulsados de la vida hacia un lugar que el cliché de las palabras no alcanza a nombrar/testimoniar; pero sí a exterminar. Hurgar en los fragmentos (pasajes) que designan-fabrican musulmanes, a los que Axat defiende como defensor y los que él trae a hablar desde el poema. Los defiende en los dos planos porque para Axat no hay una línea divisoria entre poesía y derecho (si la justicia no está, entonces la poesía estará del lado de los vencidos). En definitiva, líneas que trazamos nosotros para no ver los rostros invisibles y mudos.”

Foto: Julián Axat. Fuente: Gentileza de Julián Axat.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Julio César Avanza

























Sólo rumbo

Voy hacia el destierro del Otoño
derribado entre cárceles de espuma y vigilancia.

Voy hacia la tierra azul y el nardo con ceniza
donde el cuchillo tiembla
por su color azul enloquecido.
Voy hacia el principio del sonido y la guitarra,
a decir nombres, a sorprender las cosas,
a llorar abandonadamente juntos
la pérdida del litoral de mis canciones,
la pérdida del barco cargado de húmedas raíces
que a mi soledad llegaba.

Voy hacia el triste latido de la sangre
que inicia ya sus largos telegramas
y hace surgir mujeres sollozando
y rostros pesados y amarillos
y campanas inmóviles y números.
Voy hacia la forma tierna de las niñas,
hacia su voz herida, hacia su ángel sorprendido,
hacia su sed obscura, a su carne violentada,
hacia su desesperado círculo de arpas y violetas.
Voy lentamente a un puerto
donde barcos solos sueñan caballos y jinetes
y donde el mar imita la voz de la montaña.
Voy lentamente a golpear mis dedos en su agua obscura
para dejar mi música perdida e indefensa,
y con mis manos, instrumento aborrecido,
dejar allí mi soledad vencida.

Pero a invierno, a luto,
a polvorientos regueros de tristezas,
a vulgares rosas con cintas amarillas,
al día y a la noche me encamino,
al humeante destino de mis días,
donde el morir se llena de crepúsculo,
hacia donde entre hombres y mujeres
en silencio mi vivienda tengo.

Voy lentamente
hacia donde un país ceniciento me reclama.


Tránsito

La rosa que iba a ser la rosa
se detuvo.
No quiso ser aroma, pétalo en el viento.
No quiso.

La noche que iba a ser la noche
se detuvo.
No quiso ser la túnica,
no quiso ser mortaja
de aquella destrucción que en el amor consuma.

No quiso el pájaro ser ansia en el viento,
no quiso la palabra
ser la única palabra que te nombra.

No quiso ser tu piel otoño perfumado
ni el lento país madurado por tu boca.
No quiso.

No quiso el estanque quieto,
la vereda de lirios,
el verde grito herido de las hojas
no quisieron ser la Primavera.

La rosa que iba a ser la rosa
se detuvo.

Va mi sangre recorriendo un tibio cauce,
y moja de amapolas
mis días y mis noches
sus más calladas horas.

No quiero,
no quiero ser el mismo que pasara
azul adolescencia
en un jardín de mirtos y azucenas.

Mi vida que iba a ser envuelta por un ala
se detuvo.
No quiso,
no quiso comprender por qué la rosa
que iba a ser la rosa...

No quiso.


Díptico del prisionero

II

Vuelvo del sueño. Vuelvo de mí mismo,
¿y qué es lo que aguarda mi regreso?
Piedra, cadenas, soledad. Por eso
doy otra vez del sueño en el abismo.

Pero bien sé que aquello es espejismo
y estas cadenas valen por su peso.
Cuando despierte, el corazón ileso
dirá: sin duda, te faltó heroísmo.

¡Heroica costumbre de contarme
el mismo cuento que en la infancia ida
su encanto nadie quiso develarme!

Y fábula o verdad, cierta o perdida,
esta dura prisión viene a probarme
que era ésa la cifra de mi vida.


Sobre una naturaleza muerta

Roja clave frutal que derramada
la lumbre exacta que pregona vida
eres sobre la tela que no olvida
sólo recuerdo, aroma, zumo, nada.

Éste es tu vuelo, fuga aniquilada
por implacable mano reducida;
puro volumen, forma pura huida
de un frenesí de sangre desatada.

Los días pasan, de tu aroma leve,
de todo el goce que en tu pulpa habita
sólo queda una esfera, un trazo breve;

pues aquél que te dio vida infinita
en ti agotó con un  pincel de nieve
la dulce sombra que al amor imita.

Fuente: La producción literaria de Julio César Avanza: edición y génesis de escritura, María Paula Salerno, Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, La Plata, 2011. Publicaciones del Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires “Dr. Ricardo Levene”. Colección dirigida por Claudio Panella.

Julio César Avanza fue abogado, político, educador, escritor y poeta. Su nombre, que pasó inadvertido para las últimas generaciones, empieza a ser conocido merced a la publicación de La producción literaria de Julio César Avanza: edición y génesis de escritura (2011), de la Profesora y Licenciada en Letras María Paula Salerno. En un pasaje del libro, que es fruto de un trabajo de investigación basado en la ecdótica (edición de manuscritos) y la crítica genética (análisis de borradores y materiales pre-textuales), Salerno ofrece la siguiente semblanza del autor: “Hijo de Juan Santiago Avanza y Celia Regaglia, nació el 11 de agosto de 1915 en Buenos Aires. Inmediatamente, la familia se mudó a Bahía Blanca. En el colegio Don Bosco de esa ciudad realizó sus estudios primarios y secundarios. En 1943 se recibió de abogado por la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata. Desde temprano, sus intereses apuntaron a la literatura, el ajedrez y la política. Fue presidente electo del Centro Universitario Bahiense de La Plata (1943) y militante de FORJA (Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina). En 1946 contrajo matrimonio con Celia Carmen del Mazo Suárez, ‘Quita’, con quien tuvo cuatro hijos... Desde el marco del Derecho, Avanza se abocó al ámbito educativo: escribió los libros Los Derechos de la Educación y la Cultura en la Constitución Argentina (1950) y El Estado Federal de Derecho (La reforma de la Constitución de Buenos Aires) (1950), así como numerosos artículos dedicados a cuestiones de Educación. Entre las diversas funciones públicas en que se desempeñó, fue Secretario de la Comuna de General Roca, Río Negro (1944), Comisionado Municipal de Bahía Blanca (1946), Senador Provincial por el Partido Peronista (1948), integró la Convención Constituyente que llevó adelante la reforma constitucional de 1949 en la provincia y ocupó el cargo de Ministro de Educación de la Provincia de Buenos Aires (1949-1952) durante el gobierno de Domingo A. Mercante... En lo que concierne al ámbito literario, Avanza formó parte de la generación poética del ’40, colaboró en distintos periódicos y revistas literarios (La Nueva Provincia, El Atlántico, Voz Nuestra, Tablado, Teseo, Movimiento, Árbol: Cuaderno de poesía, Verde Memoria: Revista de poesía y crítica, Sexto Continente, Letras: Revista de la Sociedad de Escritores de la Provincia de Buenos Aires), publicó dos libros de poemas, La soledad invitada (La Plata: Hipocampo, 1941) y Cierta dura flor (Buenos Aires: Losada, 1951), y dejó, junto con borradores y pre-textos de sus poemas dados a la imprenta, una vasta producción poética inédita. Parte de esta obra es su libro Limbo del tiempo, que fue escrito en el período 1952-1955 y quedó sin editar... Como extensión de su condición de escritor, se abrió camino convirtiéndose en un indiscutible difusor de la cultura. En este sentido, en 1936 editó el periódico literario Tablado, una publicación de cuatro páginas elaboradas por algunos jóvenes de la ciudad de Bahía Blanca... Más adelante, codirigió los cuatro números de la revista Teseo, ‘hojas de letras y arte’... Como emprendimiento de mayor envergadura, Avanza fundó Cultura (1949-1952), una publicación del Ministerio de Educación de la Provincia de Buenos Aires que contó con 12 números regulares editados por Marcos Fingerit... Al finalizar la gestión de Avanza como Ministro de Educación en 1952, se le siguió un proceso judicial por causa de desacato al Presidente de la Nación, defraudación al fisco y abuso de autoridad. Como consecuencia pasó tres años de su vida preso, inicialmente en el Cuartel de Bomberos y luego, por sus problemas de salud, en el Hospital Policlínico San Martín de La Plata... El 7 de julio de 1955 recuperó la libertad, absuelto de culpa y cargo. Durante los tres años que antecedieron a su fallecimiento, se dedicó a su profesión de abogado y ejerció la docencia en la Universidad de Buenos Aires, la Universidad del Salvador y la Universidad Católica Argentina. Murió en Buenos Aires, a causa de un infarto, el 15 de julio de 1958, cuando contaba con 42 años de edad”.

Foto: Julio César Avanza. Fuente: Gentileza de María Paula Salerno.