Frente al enjambre
negro
Frente al enjambre negro de los hombres
Que por las calles van con febril paso,
Cada quien tras un sueño diferente,
Una angustiante idea me ha asaltado:
¡Pienso que el más feliz de todos ellos,
Es un montón de sueños fracasados!
Fuente: Versos de la calle, Álvaro
Yunque, Claridad, Buenos Aires, 1924.
Tragedia
Para Aristóbulo Echegaray
Poseer energías para emprender lo grande,
Y tener que agotarlas en ganar lo pequeño:
He aquí la tragedia cotidiana y anónima
Que entristece a los locos forjadores de ensueños.
Tener ansias, hermanos, de intentar lo inaudito,
Y gastar esas ansias en un mísero empleo:
He aquí la tragedia ¡pobres diablos! de todos…
¡Nuestras ansias de gloria malvender por un sueldo!
Comprender, ya vencidos, que la vida monótona
De ganarse el salario devoró pensamientos:
He aquí la tragedia del rebelde hecho máquina,
¡La terrible tragedia del que tuvo talento!
Fuente: Nudo corredizo, Álvaro
Yunque, Buenos Aires, Claridad, 1927.
Elogio al gorrión
Nadie te pudo enjaular.
Yo que envidio tu bravura,
Gorrión, te voy a elogiar.
Te llaman gringo, gorrión,
Intruso, paria, extranjero,
Te llaman gringo ladrón.
No hay más que tú en la ciudad
–Comunista sin programa–
Que viva en fraternidad.
Primero dijo un gorrión:
"La propiedad es un robo",
Después lo escribió Proudhon.
Fuente: Poemas gringos, Álvaro
Yunque, Claridad, Buenos Aires, 1932.
Álvaro Yunque
(seudónimo de Arístides Gandolfi Herrero) nació en La Plata el 20 de junio 1889
y murió en Tandil, Provincia de Buenos Aires, el 8 de enero de 1982. Fue el
mayor de los ocho hijos nacidos del matrimonio compuesto por el milanés Adán
Gandolfi y la argentina Angelina Herrero Palacios. En 1896, cuando sólo contaba
7 años de edad, pasó a vivir con sus padres y hermanos en Buenos Aires, ciudad
donde residió sin grandes intervalos. Así evocará, mucho tiempo después,
aquella mudanza: Buenos Aires que eres
otro/ Y eres el mismo. Recuerdo:/ Llegaba yo de La Plata,/ Dejando el primer
colegio,/ Tenía yo siete años/ Y me pareciste inmenso. En Buenos Aires
estudió arquitectura, pero, cerca de recibirse, abandonó la carrera para
dedicarse al periodismo y la literatura. Yunque fue un escritor multifacético y
fecundo: entre poesía, narrativa, teatro y ensayo, llegó a publicar más de
cincuenta libros. Desde muy joven, se comprometió con las luchas sociales e
integró –junto a Leónidas Barletta, Elías Castelnuevo, Nicolás Olivari, César
Tiempo, Enrique Amorim, Roberto Mariani y otros– el Grupo de Boedo, que, a
mediados de la década de 1920, supo polemizar con el Grupo de Florida,
exponente de una concepción más vanguardista y estetizante del arte. Por
entonces, colaboró con el diario anarquista La
Protesta y dirigió el suplemento literario del diario socialista La Vanguardia y la revista Rumbo. Poco después, empezó a colaborar
también con los diarios porteños Crítica,
La Nación y La Prensa, y
otros de Montevideo, Rosario y La Plata. Escribió, además, para numerosas
revistas, entre ellas: Campana de Palo,
Claridad, Los Pensadores y Caras y
Caretas. Por su militancia política (fue miembro del Partido Comunista y
director del semanario antifascista El
Patriota) padeció la cárcel y el exilio, hechos que tuvieron lugar entre
1944 y 1946, durante la dictadura militar del general Edelmiro J. Farrell. Pero
no serían éstas las únicas condenas que sufriría: tras el golpe de estado de
1976, sus libros fueron censurados y quemados y su figura quedó oscurecida
hasta su muerte. Como contrapartida, la Academia Porteña del Lunfardo lo
designó académico de número en 1969 y la Sociedad Argentina de Escritores le
otorgó los premios Aníbal Ponce y el Gran Premio de Honor en 1975 y 1979,
respectivamente. Cabe agregar que su temprana radicación en Buenos Aires y su
inserción en el ámbito cultural porteño lo colocaron fuera de la tradición
poética platense, que no registra su nombre. El dato curioso es que,
probablemente, haya sido el primer poeta nacido en La Plata, pues tanto los
primeros poetas afincados en esta ciudad, fundada en 1882 en una zona rural
semidesértica, como aquéllos de la llamada “generación del 17” o “primera
generación platense” que lo superaban en edad, eran de origen foráneo, a saber:
Carlos Augusto Fajardo (San Carlos, Uruguay, 1830 - La Plata, 1920), Matías
Behety (Montevideo, 1849 - La Plata, 1885), Almafuerte (San Justo, 1854 - La
Plata, 1917), Enrique E. Rivarola (Rosario, 1862 - La Plata, 1931), Oscar
Tiberio (Dolores, 1871 - La Plata, 1943), Luis Reyna Almandos (Morón, 1874 - La
Plata, 1939), Francisco Aníbal Riú (25 de Mayo, 1881 - Buenos Aires, 1929),
Horacio Bernardo Oyhanarte (Rojas, 1885 - Buenos Aires, 1946), Raúl Francisco
Oyhanarte (Rojas, 1887 - Buenos Aires, 1942) y Alfredo Fernández García (Buenos
Aires, 1889 - La Plata, 1956). Si hubo
otro poeta de cuna platense con anterioridad a Yunque, no parece haber
trascendido. En caso de que alguien posea información precisa al respecto, le
agradeceré que me la transmita.
Foto: Álvaro Yunque en septiembre de 1965. Fuente:
Revista Capítulo N° 64, La historia de la literatura argentina, Boedo y el tema
social, Carlos A. Giordano, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires,
1980.
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