domingo, 3 de mayo de 2020

Matías Fittipaldi


3-De los hijos

Trastocado el mísero
orden de nimiedades:
los regímenes
que gobiernan los estantes de mis libros,
las secuencias de los CDs,
el descanso programado
de los lunes,
el goce burocrático del tiempo,
el egoísmo compartido de la pareja.

Día a día una revolución.

Todo se subvierte y sucumbe
al jacobino ímpetu

de los hijos.


10-Fronteras

Cómo cruzar esa frontera
donde el viento
incontrolable
oscurece el horizonte,
remueve la marea.

Allí donde no se distingue
la proa de la popa,
el sol de la luna,

y la esperada claridad
se hunde
en las peores pesadillas.


14-Cuando callo

Cuando callo trago árboles, rocas,
cúmulus nimbus, pequeños estuarios,
ciempiés que cosquillean mi garganta.

Cuando callo trago cada una
de las veces que sangré por amor,
un puente del arroyo
de infancia,
la insoportable eficacia
de la muerte.

Cuando callo trago
los destinos que no quiero transitar,
las artes ocultas del miedo
y la desazón,
el pequeño apocalipsis
del llanto.

Cuando callo
y descanso
en la planicie cómplice
del silencio.


16-Los amantes

Polizones del tiempo
viajan
por un espacio invisible,
retornan
de un más allá
sin gravedad

ciudadanos
de un país inesperado
que surge
en la vecindad del secreto

sus reglas rompen
todo orden patrimonial

con la tinta de la ocasión
rubrican sus nombres recónditos

criaturas inacabadas,
su condición es la indigencia.


25-Go ahead John (*)

Por ruta 29
entre General Belgrano
y Casalins
un hongo negro de nubes
encapotó el horizonte.
Desde sus entrañas
destellos intermitentes parecían
vomitar al mismo diablo
encima nuestro.

Un rayo
en medio de la pampa húmeda
descargó su torrente eléctrico
iluminando la planicie.

La trompeta de Miles Davis
soplaba el frente frío
y la masa de aire caliente
ascendía en volutas.

El látigo de la guitarra
de John McLaughlin
se convirtió en una señal
que se alejaba con las ráfagas
de viento y lluvia,
como un holograma.

Una serpiente de sonido
retorciéndose furiosa,
cargada de electricidad
estática,
reverberaba.

Una especie de tornado
cruzó delante del auto,
elevando por el aire
una motosierra en funcionamiento.

El camino apenas se divisaba,
un cable de alta tensión
hacía chispas
sobre el asfalto,
ruidos de motores
llegaban desde el vórtice.

La tormenta pasó,
la calma volvió al campo
mojado, estremecido
por el vendaval.

Miles y John
me saludaron sonrientes
desde ambos lados
del camino,
Teo Macero bajó el volumen
en la consola del cielo.

(*) "Go ahead John", del disco "Big fun" de Miles Davis.


26-Palabras

Cruzan como una ráfaga
mi pensamiento

y despiertan en mí el deseo
de adivinar su sentido,

de armar la estela de
sus ideas

perseguir esas huellas
que se escapan
entre los caprichos del día

como esa melodía
que resuena en el cuerpo
trayendo ecos de otro tiempo

sonidos que dialogan con el sentido
en busca de un nuevo hospedaje.


29-Pesca

–Descansa, pajarito, descansa –dijo–. Luego ve a correr
fortuna como cualquier hombre, pájaro o pez.
                                                            Ernest Hemingway

Encarno y tiro la caña,
la esperanza flota
a pesar del lastre.

La laguna no dice nada.

El otro lado de la espera
sepulta certezas,

guarida de fantasías
que resiste vientos de lo real.

Peces ocultos
persiguen
señuelos del hambre
y la sed

como imágenes  
se enredan en    
anzuelos del tiempo

Fuente: Gentileza de Matías Fittipaldi

Matías Fittipaldi nació en Mar del Plata en 1977. Vivió en Ayacucho. Desde 1995 reside en La Plata. Es Licenciado en Psicología. Trabaja en el Área de Salud Mental de PAMI y participa del Colegio de Psicólogos de La Plata. Publicó: Pájaros como palabras (poesía, 2014). Los poemas incluidos en esta página son inéditos y forman parte de su próximo libro.

Foto: Matías Fittipaldi. Fuente: gentileza de Matías Fittipaldi

3 comentarios: