Tregua en la propia casa
Aún hay luz en la
calle
y cree que está
sobrio,
sin embargo
prueba y
no acierta con la
llave,
se pregunta
si es la puerta
correcta
si no estará
frente a una casa
equivocada
y sobre todo
qué está haciendo
aquí
bajo la lluvia.
Como una pena sin fin
La caricia
perdida
sigue rodando:
el viajero huye
a favor del
viento
la tierra para él
es infinita y plana,
un devenir
lineal.
No hay nada atrás
para reconocer
no hay nada ni
nadie
que detenga su
andar.
Samurái en la oscuridad
Pelea por nada en
particular,
discute con
fantasmas,
malgasta su
propia economía
en descargas
inútiles.
Cada día, sin excepción,
se considera muerto.
En una duermevela
febril
llega el amanecer
y filtra
un rayo sobre el
cuerpo,
sale de la
sombra,
ve cómo se
despeja
su propia
condena.
Se levanta, abre
la ventana
y deja que el
viento frío le golpee la cara,
afuera lo espera
el mismo sol.
Que este poema sea
Que este poema
sea
un ave migratoria
viajando miles de
kilómetros
y te encuentre,
encuentre a cada uno
de los ausentes
y cante
una música sin
palabras
que recuerde
cuando estuvimos juntos.
Viajando por los
años pasados
te encuentre,
encuentre a cada uno
de los ausentes,
vuele en derredor
y regrese,
y cante su
recuerdo para mí.
Viajando por los
años por venir
me encuentre y se
despida de mí,
y vuele a cada
uno de los ausentes,
y los encuentre,
y cante, cante,
cante.
Retrato inconcluso en la memoria
a Néstor
Mux
Lo que me queda
de vos
no alcanza
a dibujar
un pálido
identikit,
apenas una luz
sombría y el regusto
amargo
de lo incompleto,
lo que no llega a
ser
y por eso
perturba.
No sé si estás
aún
en este mundo,
o te fuiste,
en la guerra
impiadosa
de nuestra pálida
prehistoria,
sé que estuviste
allí
donde ardía una
pasión
muy joven,
al borde de una
foto
envejecida
de donde te han
borrado,
o te he borrado
yo,
patético agente
de un poder
invisible,
como si fueses un
peligro
para alguien
que ha
sobrevivido,
como yo,
y debe algunos
pagos
no solo al
destino.
Ambiguo rostro
de quien, frente
al arribo
al puerto
de las maravillas
que esta vida aún
sostiene,
persiste en popa,
disimuladamente,
como un testigo
silencioso,
pertinaz,
indestructible,
de la estela que
va
quedando
atrás.
Tus ojos
a Ella, que
lo sabe o lo sospecha
Si tus ojos,
solo tus ojos,
no me hablaran,
nada me sostendría.
Nada de lo que
existe
resistiendo el
vacío,
a contrapelo
de la entropía
devoradora
del tiempo.
Nada
de ese efímero
fluir
al que llamamos
vida,
nada
de ese despertar
que suscita la
belleza
cuando nos
sorprende,
nada
de ese impulso
por sembrar
en los desiertos,
nada.
Nada,
salvo tus ojos
y el nítido
recuerdo
de esos ojos
cuando ya no
estás.
La ardiente impaciencia de los días
a J. M. P.
Nos quedamos a
solas
y se cortó la
luz.
Hay sombras y un
silencio amargo
cuece sus
palabras.
La tarde
despliega
sus manteles de
niebla,
repican las
primeras gotas
sobre el zinc y
sobre
el comedor sin
cielorraso.
Se justifica al
elevar la voz,
pero hace rato
sus gritos
convocan la
borrasca
y ahora está
llegando.
Grita,
apura sus razones
y sus palabras se
pierden
en los bordes
difumados
de las cosas.
Grita y gesticula
mientras preparo
un té.
El yin y el yan frente
a una mesa
desbordada,
misterio bufo, satori oriental
Frena el
monólogo,
con un chirrido
el aire
cristaliza
una palabra
última, pende
la cordura
en la cuerda del
equilibrista.
Pide
que no se pase el
agua
y continúa el
monólogo.
Afuera
arrecia la
tormenta.
Fuente: Escaleno, Carlos Aprea, Pixel
Editora, La Plata, 2017.
Carlos
Aprea nació en
La Plata en 1955. Vive, desde siempre, en el barrio Villa Elvira de dicha
ciudad. Cursó estudios en la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la UNLP.
Es Técnico Químico y cofundador de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de
la UNLP. Comparte su condición de poeta con la de actor, autor y director de
teatro. Publicó seis libros de poesía: La
intemperie (Ediciones Al Margen,
1999), Abrigo (Ediciones Al Margen, 2006), La
camisa hawaiana (Libros de la Talita
Dorada, 2010), Pueblos fugaces (Libros de la Talita Dorada, 2012), Villa Elvira (Pixel Editora, 2014) y Escaleno
(Pixel Editora, 2017). A ellos deben
sumárseles cinco plaquetas dadas a conocer por Libros de la Talita Dorada en 2009: Conociendo gente se viaja, El pájaro de las cinco y media, This is the
end, week end, Política líquida y Teatros.
Fue incluido en las siguientes antologías: 8
poetas (2° premio del Concurso Edelap de Poesía, 1997), Poesía - 36 autores (La Comuna Ediciones, 1999), Pan, amor y poesía - Culturas
alimentarias argentinas (INTA, 2008), La
Plata Spoon River (Libros de la
Talita Dorada, Colección los Detectives Salvajes, 2013) y Antología Relámpago (Pixel Editora, 2014). Poemas y textos
diversos de su autoría aparecieron en las revistas Talita, El Hormiguero, El Espiniyo, Pasajes y Sismo Trapisonda, y
en el diario Diagonales, entre otras
publicaciones. Actualmente, dirige el ciclo Poesía
en la terraza y conduce el programa radial Club Intergaláctico. Acerca de Escaleno,
señala Horacio Fiebelkorn en la contratapa del libro:
“Que Muerte rige a Vida; Amor a Muerte”, dijo,
hace años, Macedonio Fernández. La vida, el amor y la muerte: las tres heridas
de las que habló Miguel Hernández. Nunca se insistirá lo suficiente en que
estos tres temas son el sistema nervioso de toda poesía, sin que importe su
filiación o su contexto.
Habría que incluir, sin
embargo, un cuarto tema, que enlaza a los otros tres y los hace girar en
espiral: el paso del tiempo.
A Carlos Aprea le basta con
intuirlo para desplegarlo en este libro, como quien –diría Baudelaire– acomoda
“de nuevo las tierras inundadas”, al abrigo de las canciones que siguen sonando
en nuestro interior.
No hay pliegues o matices
que Aprea descuide en este libro, que es un viaje a las emociones, en cuyo
transcurso aparecen todas las formas del encuentro y el desencuentro, con su
inagotable gama de grises, y con la marcha de la historia como un coro a media
voz.
En este punto, eludir lo
meramente confesional, y ensayar múltiples tonos, es un desafío del que Aprea
sale airoso, sin dejar de silbar aquellas melodías que el viento de otra época
sopló dentro de nosotros.
Foto: Carlos Aprea. Fuente: Escaleno, Carlos Aprea, Pixel Editora, La Plata, 2017.
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