miércoles, 19 de julio de 2017

Vicente Costantini


CRÓNICA DEL AGUA


Unos pocos centímetros

Nos hemos acostumbrado a medir la desgracia.
Una simple marca, unos pocos centímetros
son la vara con la que algún dios iracundo
impartió condenas y salvaciones.


Secadero

La calle es un inmenso secadero.
Sobre las rejas cuelgan, boca abajo,
como fusilados,
remeras y camisas
tendidas al sol.
Los automóviles exponen sus entrañas de metal
postrados y silentes, inútiles;
y hay enciclopedias llenas de láminas
con las páginas abiertas
como una boca
en un grito ahogado
de agua mugrienta.


Eran tres

Rompieron algunas bolsas
miraron la Historia Universal de César Cantú
–cuatro tomos
forrados en cuero,
editada en París
en el siglo XIX–
convertida ahora en una papilla
de papel y barro;

finalmente
se decidieron por unos tuppers de plástico
y un colchón que aún chorreaba agua,

tiraron todo sobre la pila que iba creciendo
en la caja de la chata

y se fueron.


Marcas

El postigo tiene, en el borde izquierdo,
una dentellada de hierro:
astillas ahí donde mordió la palanqueta.

Junto a la marca del agua,
conviven otras:
el oportunismo, la mezquindad, la rapiña.
Pobres que roban a los empobrecidos.

En tevé hablaron el ministro,
el intendente, la presidenta:
a un costado, en un recuadro menor,
se veía una cadena humana de jóvenes
pasando bidones de agua
al otro lado de la calle.

Mientras tanto,
en los márgenes de la ciudad
los punteros
revenden colchones
a doscientos pesos,
y de la donación
de cinco mil litros de lavandina,
en nuestra cuadra,
nadie se entera.


Cicatrices

Después de unos meses
queda apenas,
en una tapia abandonada
en una casa demolida
la marca del desastre.

El resto de las marcas se han ido.
El agua es, apenas,
una cicatriz que no cierra,
el rastro indeleble
de una herida.


Un rostro

Apareció a los ocho meses,
junto a la pintura descascarada
y el revoque gris de la pared,
entre las manchas de humedad
que brotan
como hongos
día y noche.

Algunos juran
que es la imagen de Cristo;
otros, más escépticos,
ven apenas borrones
de óxido y salitre.

Yo lo observo y veo
apenas
un rostro
impreciso, anónimo:
uno de los muchos
que ya no volverán.

Detrás
lo persigue
una estela
de pesadillas.


Dice la señora

Dos años después
dice la señora,
distraídamente:
–Con papa hacíamos bombas rellenas,
de una receta holandesa.
Me la copió tu abuela, a mano,
en la última página de un libro
de repostería centroeuropea.

Y también:
–Allá por el ‘87,
cuando fuimos por primera vez a Brasil,
con la casa rodante.
Tengo una foto
de todos nosotros juntos
en la playa.

Pero esos recuerdos son, apenas,
recovecos de la mente,
fragmentos perdidos con el agua.

La memoria se obstina en volver
a un mundo pretérito,
antediluviano,
donde todavía existían los libros,
las recetas escritas a mano,
las fotografías.

El agua no solo destruyó objetos,
muebles, electrodomésticos:

sobre todo,
el agua desmiente
que haya existido algún pasado;
el atardecer en que alguien,
alguna vez,
fue feliz contemplando el último resplandor
sobre las olas;
o la noche de invierno
en la que el único sonido
era el rumor del aceite
cuando salían los círculos de un dorado perfecto.

De todo eso,
queda
menos que nada:

ramitas endebles que tuerce el viento,
hilos que arrasó y lavó y borró
una corriente que vino de la nada
y se alejó
llevándoselo todo.

La Plata, abril de 2013 - abril de 2015

Fuente: Gentileza de Vicente Costantini.

Vicente Costantini nació en Buenos Aires en 1981. Actualmente, reside en La Plata, ciudad donde nacieron sus dos hijos. Es Profesor y Licenciado en Letras. Durante siete años, asistió al taller literario de Santiago Espel. Escribió tres libros infantiles para la colección “Argentinitas”: Ésta es Jacinta, Jacinta aprende y La Argentina de Jacinta (2007). En 2012, Ediciones La carta de Oliver publicó Diario de la nuez, su primer libro de poesía. Tiene, asimismo, dos poemarios inéditos: Postales del Altiplano y Carga viva. Su labor creativa fue reconocida con las siguientes distinciones: primer premio en el V Concurso Provincial de Poesía 2014 “Ginés García” (Dirección General de Cultura y Educación, Provincia de Buenos Aires), primera mención en el Concurso Provincial “Diagonal Literatura” 2016 (Escuela Taller Municipal de Arte y Ediciones La Comuna, La Plata) y segunda mención en los I Juegos Florales del Centro Cultural “Justo José de Urquiza” 2016 (Concepción del Uruguay, Entre Ríos). Además de ejercer la docencia, coordina talleres literarios y administra el blog “Otras costumbres de los alcobranes” (http://alcobranes.blogspot.com), donde pueden hallarse algunos de sus muchos y diversos textos. Los poemas publicados en esta página son inéditos y hacen referencia a la trágica inundación que sufrió La Plata el 2 de abril de 2013.

Foto: Vicente Costantini. Fuente: Facebook.

3 comentarios:

  1. Excelente post, selección y resumen de otro talento literario de La Plata (menuda colección tienen). Un gran abrazo César y el agradecimiento de siempre por compartir buena poesía. Felicitaciones, Vicente.

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  2. Gracias a vos por tu comentario. Muchos saludos desde La Plata.

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  3. ¿Cómo hace este poeta para describir las cosas?
    Darle vida a lo inevitable.
    Cómo no perseguir cada estrofa como cusco faldero.
    Y no poder sacudirse de sus sentires.
    ...

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