La enredadera
Las rejas desaparecen
Es indudable que ese jazmín crece
para recordarnos
que la belleza es
aún posible
Dentro de pocos días
sus flores perfumarán
la intimidad de esta habitación
donde consumo mis días
en busca de un tesoro que no
encuentro
y que no sé si existe
Fuente: Son dos los que danzan, José María
Pallaoro, Libros de la talita dorada, La Plata, 2012.
Cantar a tientas
Hace una cantidad de años
se solía dejar ciegos a los
canarios
para lograr en su canto
mayor belleza
–actitud típicamente humana
como cortar lenguas
cercenar gargantas–
Hoy las cosas no han mejorado
y los pájaros que aún sobreviven
cantan
a tientas
todo el tiempo
con señas desesperadas
Fuente: Son dos los que danzan, José María
Pallaoro, Libros de la talita dorada, La Plata, 2012.
Sontag
En el breve atardecer, la noche
desnace al hijo. La lluvia cae salpicando las naranjas que aún no pude juntar.
Hace frío en el galpón de los sueños y a ella le agrada la fotografía perfecta
del amor. Su nombre vibra lejos, como el negro cigarrillo que seguro se consume
entre sus dedos. Hay un humo que se disipa junto al corte de luz involuntario.
A oscuras, cierra los ojos y, en el hueco que dejó mi corazón extirpado hace
más de seis años, ve nuestro atardecer mojado de jugos ilícitos.
24.05.11
Fuente: 33 papelitos y una mora horizontal, José María
Pallaoro, Libros de la talita dorada, La Plata, 2012.
En la mecedora
Los fantasmas del día irrumpen en
la casa de la que se está yendo. Revisan habitaciones, alacenas, escondrijos de
la que nunca vendrá. Se miran, preocupados y temerosos de la respiración
pasajera que cae sobre la alfombra como piedra de la mano. Luego, quedan solos,
en la sala adormecida, observando el balanceo de la mecedora de caoba, con
refuerzo lumbar y manchas de sangre, que poco a poco se van secando.
12.08.11
Fuente: 33 papelitos y una mora horizontal, José María
Pallaoro, Libros de la talita dorada, La Plata, 2012.
Islas
Son las siete y media de la tarde
y está por amanecer. Hay un vago zumbido de pájaros y los murciélagos salen de
los rollos de las ventanas. Nada de lo que es, es lo que parece. Entramos en
octubre como se entra a una cueva cavada a fuego en el hielo. Caminamos casi
desnudos por la calle de los fresnos amarillos, el frío calcina y nos hace
toser y apresurar el paso hacia el bar que ya está levantando las cortinas.
Saludamos al dueño con un buenas noches, dispuestos a saborear el desayuno y la
lectura de los diarios de mañana, sin más deseos que sembrar.
01.10.11
Fuente: 33 papelitos y una mora horizontal, José María
Pallaoro, Libros de la talita dorada, La Plata, 2012.
471 y 29
No sólo es un par
de números puestos
al azar.
Es una esquina
con sauces y álamos.
Una simple esquina
de calles de tierra.
Únicas.
Imprescindibles.
Deseadas.
La entrada
a un mundo
que por un breve tiempo
tal vez nos pertenezca.
En el sentido sartreano.
En el mejor sentido.
Fuente: Una medida adecuada a todo, José María
Pallaoro, Libros de la talita dorada, La Plata, 2012.
Una madrugada hasta
el amanecer
Caí una madrugada
a un departamento
deshabitado cerca del Almafuerte.
Nadie me deseaba, nadie
me esperaba en la oscuridad.
El sol imposible, lejos,
como siempre, en algún rincón
del primer piso.
Me froté los pies
durante algunas horas
intentando no pensar.
Y así hasta el amanecer,
en que el gallo cantó
y me fui
de donde nunca estuve.
Fuente: Una medida adecuada a todo, José María
Pallaoro, Libros de la talita dorada, La Plata, 2012.
José María Pallaoro nació en La Plata el 28 de febrero de 1959. Publicó los siguientes
libros de poesía: El viaje circular
(1999), Pájaros cubiertos de ceniza
(1999), Son dos los que danzan
(2005), Setenta y 4 (2011), 33 papelitos
y una mora horizontal (2012) y Una
medida adecuada a todo (2012). En 2012, asimismo, dio a conocer una reedición ampliada de Son dos los que danzan. Tiene, además,
numerosos poemarios inéditos, entre los cuales cabe mencionar: Breve cielo, Latidos, Cuando llueve el
mundo es otro, En medio de la lluvia,
Es hora de volver a Jimmy Hendrix, El bostezo del viento, Andante tren, El estado de las cosas, El
vino del azar, Basuritas, Una piedra haciendo patito y Spinetta. Como difusor cultural, condujo programas de radio en FM (La máquina del tiempo, En la
vereda del sol, Mariposas de madera,
La talita) y dirigió la revista de
poesía El espiniyo. Actualmente, es
editor de Libros de la talita dorada
y administra los blogs literarios Aromito,
Poesía La Plata y Los ojos. Vive en City Bell, partido de
La Plata, donde coordina el Espacio Cultural La Poesía y un taller de
escritura. A propósito de Son dos los
que danzan, apuntó Juan Carlos Moisés: “En la concepción poética de José
María Pallaoro, el poema no tiene otro ritmo que el de la vida, ni otra
respiración. Acaso por ello su poesía, que es cristalina, permite un abordaje
franco, aun cuando los temas sean graves, de peso. Es de esa experiencia que
participa el lector, de lo cándido a una sutileza frontal… Sin lugar para la
duda, sus poemas buscan restaurar, restañar heridas, reunir lo disperso,
iluminar lo oscuro. El poema es parte de la esperanza… El poema se hace en el
devenir, con las fluctuaciones de lo cotidiano y, lo que no es menor, con el
temple del sentimiento…”
Foto: José María Pallaoro. Fuente: Gentileza de José
María Pallaoro.
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