Piloto argentino
hallado en Malvinas
Lo peor no fue el estallido
ni la pulverización de los huesos.
Lo peor fue ese segundo,
como cuando me caí de la hamaca,
cuando clavé los talones en la piedra
y, luego, el pedregullo me segó las rodillas.
Siempre siento un ardor cuando hay humedad,
como ahora entre la turba.
Lo peor fue tocarse el mentón
y sentirlo dormido,
como ahora que no escucho mi cuerpo.
Lo peor, el altímetro a pico
y ese ruido acompasado de la cadena de la
hamaca,
que se mete entre las escotillas,
que es viento, un misil tenaz,
acaso mi pensamiento.
Fuente: Libro de navegación, Patricia
Coto, Axis Mundi, La Plata, 2003.
* * *
Empezaba a
escribir otra vez
y las vecinas
de la esquina se alegraban
como ante un
libro de cuentos,
hasta que el
poema, erizado de pámpanos,
les quemaba las
manos,
las dejaba en
la vereda de enfrente,
les clavaba un
eclipse en la puerta del domingo.
Fuente: Gentileza de Patricia Coto
* * *
Cuando se
consuma el día
y el sol parece
una confesión o una dádiva,
es grato
imaginar un cielo tras el cielo,
una luz que no
se puede desollar,
una frente que
no anochece.
Y entonces debe
existir un lenguaje
detrás del
lenguaje,
como un cáncer
en la espalda,
como el
golpeteo de una pala en los talones,
volviendo desde
la tierra removida.
Debe haber un
lenguaje en carne viva,
que agite las
campanas de la lepra
en los flancos
del camino.
Fuente: Gentileza de Patricia Coto
* * *
La mesa del
anochecer.
Una a una, las
estrellas aparecen
sobre la
arquería del fuego.
Ahora, cuando
las brasas parecen más despiertas,
toda la carne
crepitante,
como un patio
de escuela,
un recreo en el
convento.
Y envolviéndolo
todo, el humo,
humo tan vivo y
atento
que amasa
cuerpo, alma, memoria.
El humo se
esparce y nos seduce
los cabellos,
la mirada,
la sombra de
las manos.
El humo con su
vocación de susurrarnos,
en el más atrás
de los oídos,
que algún día
una fogata arderá
por nosotros
y seremos
cenizas de cenizas,
restos de una
fiesta en la noche de la nada.
Fuente: Gentileza de Patricia Coto
* * *
Esta capilla es muy antigua.
A su sombra, quedaron los ladrillos
de las primeras casas, de las primeras lluvias,
de los primeros vientos como pueblos.
Dentro, apenas un sacerdote,
extraviado en un bosque de soledades,
y libros, muchos libros,
libros donde el tiempo
es un lunes perpetuo.
Y sobre todo,
–altares, bancos, imágenes dormidas–,
una luz de rodillas,
que nunca duerme.
Fuente: Gentileza de Patricia Coto
Patricia Coto
nació en La Plata el 17 de junio de 1954. Es profesora y Licenciada en Letras. Publicó
cinco libros de poemas: Libro del vigía
(1978), Libro de la memoria (1982), Libro del espejo ardiente (1985), Libro de la frontera (1992) y Libro de navegación (2003). También
publicó un ensayo sobre narrativa tradicional: De narradores populares y cuentos folklóricos argentinos (1988).
Recibió distinciones municipales, provinciales y nacionales. Integró los grupos
literarios Latencia, Contrastes y Los albañiles, con los que participó en
publicaciones colectivas. Los cuatro últimos poemas incluidos en la presente
publicación permanecen inéditos en libro.
Foto: Patricia Coto. Fuente: Gentileza
de Alejandra Leticia Taylor
Octubre
ResponderEliminarCátedra Libre de Literatura Platense
Francisco López Merino
Jueves 18, 18:30 hs.
Patricia Coto. Escritoras
Exposición y análisis de su obra
La cátedra y su Directora Elba Ethel Alcaraz, invitan a los encuentros y charlas que se realizarán para recordar a escritoras y escritores platenses o disfrutar de su presencia y su obra.
Hola quisiera comunicarme con la profsora Patricia Coto. Alguien podría pasarme su dirección de mail? Gracias!
ResponderEliminarYo misma respondo. Mi mail es: pcoto@perio.unlp.edu.ar
EliminarAtte.
Patricia Coto