Poema
I
Un anciano que muere es una
biblioteca que se quema.
Óyeme andar,
cree en los nombres que hilvano.
Te diré que llueve en la tierra
y sabrás que hay geografías de hambre.
Exilia de mí las voces de tus pájaros,
los vencejos del día,
la ausencia que fundó mi calendario.
Porque transité tus párpados
en busca del viento de tu astrología,
de oír tu voz arribar con el sudeste,
y el agua de tus vértebras
subir y multiplicarme.
Fuente: Escenografías,
Ediciones del Copista, Córdoba, 2005.
Poema
II
El archivero continúa la historia.
Clasifica guerras.
Vigila el devenir de los océanos.
Acumula mundos con su índice
y alimenta la belleza.
Quita el polvo y respira,
rescata para sí un epitafio
y lo sella en sus labios.
Suma el infinito desplegando fantasías
y dispara su aliento sobre los continentes.
Guarda en su bolsillo una luna medieval,
junto a una antigua comarca de pájaros
y recuerda a los hombres, a los hambrientos
perseguidores del ocaso.
Fuente: Escenografías,
Ediciones del Copista, Córdoba, 2005.
Casa del Citarista
Taberna d-ivni procuri
Alguien habla,
mientras el silencio labra sabiduría
en las gargantas
de la tierra del viento.
Unos pocos alumbran los templos.
Otros,
detienen las
lenguas
y alcanforan la eternidad.
Muy lejos,
los adoradores de carneros
resumen,
observan,
transmutan
en reptil o ave.
Los soñadores cultivan tubérculos,
los buscadores de plumas
diseñan palomas en el éter,
sibilando profecías.
Tiempo de héroes
en calles muertas,
de barcos bajo Selene,
de
hechizadas bocas,
de estrellas
que siempre regresan,
a la traición de los océanos.
Fuente: Cantos de la Etruria,
Ediciones del Copista, Córdoba, 2008.
Valle
de los Misterios
Los
dioses soplan sobre las vísperas:
“Palomas de jade,
pasajeras de lo imprevisto:
¡Inventen el
aire!”
Ellas,
atraviesan el silencio
y la multitud
rasga el amanecer
para verlas cruzar el último sol.
Se descifra en cartas medievales:
una antigua lengua romana,
el límite entre lo propio y lo bárbaro.
Los copistas se detienen,
bajan en tinta
sus miradas
y deciden corazón o página.
Las pasajeras de jade
en
balanzas egipcias,
pesan las almas
y retoman el silencio
dejándonos la levedad,
la memoria,
de esa tierra
indescifrable.
Fuente: Cantos de la Etruria,
Ediciones del Copista, Córdoba, 2008.
Los
pies de Ulises
Fui devorado por el mar,
pero mis pies memorizaron Ítaca, su hierba y
el misterio condenado a mí.
Por ellos regresé multiforme y primitivo de
sandalias.
Allí, velaron mi nombre una y mil noches, bajo
las estrellas y cerca del Egeo.
Alguien rozó la sagrada marca en mi piel y
preguntó:
¿Quién eres?
Sólo mis huellas, arquitectas de infamias,
reposaron en paz en salinas aguas,
olvidaron la resina de las zateras y dejaron
de oler a maderos.
A expensas del mundo mis plantas
buscaron las sombras y otra voz delató:
¿Dónde irán tus pies?
Y vinieron hacia mí los naufragios y los
vientos.
Yo, soberano en intrigas, no pude contra mí y
me pregunté:
¿Quién me recuerda?
Y el mar rugió
memorioso desde la alta orilla.
Fuente: Gentileza de Ángela Gentile.
Cantos
de las lavanderas nocturnas
Hacia el oeste, Céfiro sopla sobre los lavaderos
donde nuestras jóvenes manos noche a noche sepultan la madre Selene.
Aquí aguardamos las naves que temen el mar de negra obsidiana,
mientras navegaban junto a Euro, el funesto viento del Este.
Debemos lavar nombres, escudos y velar las sandalias de los héroes,
libando el agua sagrada de abril en nuestras manos desiertas.
Peregrinamos recogiendo la arena de los cataclismos.
Cantamos.
Fuente: Gentileza de Ángela Gentile.
Ángela Gentile nació en Berisso, Provincia de Buenos Aires, en 1952.
Es profesora. Fue becaria de la Universidad para Extranjeros de Perugia,
Italia. Recibió el Premio Nacional Iniciación de Literatura del Ministerio de
Educación y Justicia de la Nación en la bienal 1985-87 y el Premio Pregonero
2009 de la Fundación El Libro. Participó en congresos nacionales e internacionales
(Cuba, Ecuador, Colombia, Uruguay e Italia, entre otros países), en la OEI y en
el Foro Internacional de la Fundación Mempo Giardinelli. Recientemente, fue
invitada a la 9na. Feria del Libro de Venezuela FILVEN 2013, a realizarse en
Caracas entre el 8 y el 17 de marzo. Perteneció al Centro de Estudios Italianos
(UNLP) en investigación y traducción. Tradujo cuentos y novelas al italiano.
Co-dirige la revista independiente de literatura juvenil (teoría y crítica) Etruria y Biblos’03 - Programa de
promoción de la lectura literaria de Berisso. Colabora con la Casa de las
Américas de Cuba. Publicó los siguientes libros: Escenografías (2005), Cantos
de la Etruria (2008) y, en co-autoría, Percorsi
(enseñanza de la lengua italiana), El
lenguaje, lo propio, La Divina
Comedia, el poema que atravesó
océanos (ensayo traducido al italiano) y Voces Olvidadas - Las lenguas y las canciones de cuna de la inmigración
(patrocinado por la UNESCO). En
2012, dentro de la colección “Cuadernos orquestados” que dirige Abel Robino,
dio a conocer su nueva producción poética con el título Cuerno de marfil, en cuyo prólogo apunta Guillermo Pilía: “…el de
Ángela Gentile es un mundo antiguo difícil de identificar, su Etruria o su
Constantinopla no son las de la historia ni las de los mapas, ella crea su
propia mitología, y sus poemas son como reliquias, como pequeños restos de una
remota cosmogonía…” Actualmente, reside
en La Plata. Los poemas “Los pies de Ulises” y “Canto de las lavanderas
nocturnas”, publicados en esta página, forman parte de un libro inédito.
Foto: Ángela Gentile. Fuente: www.tuertorey.com.ar
Querida Angela Gentile: No sé si este mensaje puede llegarte
ResponderEliminarpero la lectura en la Isla Paulino, el 24 de febrero de 2017, puede ser más que interesante. Muchas gracias por esta
Carinos.