miércoles, 17 de mayo de 2017

Luis Pazos


Poemas visuales

Acumulación    1966




















Fuente: Letra suelta, Claudio Mangifesta / Luis Pazos, Tiempo Sur, Quilmes, 2015.

Sonido doble    1966




















Fuente: Letra suelta, Claudio Mangifesta / Luis Pazos, Tiempo Sur, Quilmes, 2015.

Sonido roto    1967




















Fuente: Letra suelta, Claudio Mangifesta / Luis Pazos, Tiempo Sur, Quilmes, 2015.

Sonido antropométrico    1967




















Fuente: Letra suelta, Claudio Mangifesta / Luis Pazos, Tiempo Sur, Quilmes, 2015.

Nueva York    1967




















Fuente: Letra suelta, Claudio Mangifesta / Luis Pazos, Tiempo Sur, Quilmes, 2015.

Sonido de la fama    1969




















Fuente: Letra suelta, Claudio Mangifesta / Luis Pazos, Tiempo Sur, Quilmes, 2015.

Sonido del tiempo    1969




















Fuente: Letra suelta, Claudio Mangifesta / Luis Pazos, Tiempo Sur, Quilmes, 2015.


De la serie “C - La letra como forma”, 2012 / 2016

La vedette




















Fuente: Del silencio como mirada, Claudio Mangifesta / Luis Pazos, Tiempo Sur, Quilmes, 2016.

El ególatra




















Fuente: Del silencio como mirada, Claudio Mangifesta / Luis Pazos, Tiempo Sur, Quilmes, 2016.

El intelectual




















Fuente: Del silencio como mirada, Claudio Mangifesta / Luis Pazos, Tiempo Sur, Quilmes, 2016.

El demagogo




















Fuente: Del silencio como mirada, Claudio Mangifesta / Luis Pazos, Tiempo Sur, Quilmes, 2016.

El posesivo




















Fuente: Del silencio como mirada, Claudio Mangifesta / Luis Pazos, Tiempo Sur, Quilmes, 2016.

El individualista




















Fuente: Del silencio como mirada, Claudio Mangifesta / Luis Pazos, Tiempo Sur, Quilmes, 2016.

El atentado




















Fuente: Del silencio como mirada, Claudio Mangifesta / Luis Pazos, Tiempo Sur, Quilmes, 2016.

Retrato del pintor Salvador Dalí




















Fuente: Del silencio como mirada, Claudio Mangifesta / Luis Pazos, Tiempo Sur, Quilmes, 2016.

La Pareja




















Fuente: Del silencio como mirada, Claudio Mangifesta / Luis Pazos, Tiempo Sur, Quilmes, 2016.

Luis Pazos nació en La Plata el 5 de agosto de 1940.  Viajero incansable, reside actualmente en su ciudad natal. Es poeta, artista conceptual y periodista. En 1971, un jurado compuesto por Alberto Girri, Carlos Mastronardi y César Magrini le otorgó el premio del Fondo Nacional de las Artes por El cazador metafísico, obra publicada al año siguiente por Editorial Noé. Escribió, entre 1971 y 2006, doce libros que son, según sus propias palabras, “producto de la desesperación”. Los cuatro primeros fueron dados a conocer en un solo volumen por Libros de la talita dorada en 2011 con el título El cazador metafísico. Poesía reunida I. Poco después, publicó Señor de la alucinación (Cuadrícula Ediciones, 2013) y Poema inconcluso para Luisa Pazos (edición independiente, 2016). Esta última publicación incluye un CD con el poema leído por el autor, cuya edición estuvo a cargo de Julio César Otero Mancini. Como artista conceptual, integró, entre otros, los siguientes grupos: EL Esmilodonte, Diagonal Cero (liderado por Edgardo Antonio Vigo), Grupo de los 13 (organizado por el crítico Jorge Glusberg) y Escombros (del cual fue cofundador). Siendo integrante de Diagonal Cero, publicó en 1967 dos libros-objetos: El dios del laberinto y La corneta. El primero es una botella tapada con un corcho, a la manera del mensaje de un náufrago; el segundo consiste en diez poemas fónicos enrollados en el interior de una corneta de plástico. A éstos, deben sumárseles dos libros de poesía visual compartidos con Claudio Mangifesta, publicados en los últimos años: Letra suelta (Tiempo Sur Ediciones, 2015) y Del silencio como mirada (Tiempo Sur Ediciones, 2016). De su vida y su obra se ocupó Fernando Davis en el libro Luis Pazos. El fabricante de modos de vida. Acciones, cuerpo, poesía (Document-Art, 2013). Participó, asimismo, en numerosas exposiciones en diversas ciudades del mundo. Su primera muestra retrospectiva tuvo lugar en el MACLA (Museo de Arte Contemporáneo Latinoamericano) en 2013. Pazos –para quien el arte es “un acto de libertad” y una herramienta de crítica y denuncia social– fue, en la Argentina, uno de los primeros impulsores del arte de acción y del arte de intervención en espacios públicos y lugares no convencionales, como supermercados y discotecas. Recientemente, algunas de sus obras (“La cultura de la felicidad”, “Monumento al prisionero político desaparecido, “Proyecto de solución para el problema del hambre en los países sub-desarrollados según las grandes potencias” y “La realidad subterránea”) fueron incorporadas al patrimonio del Museo Reina Sofía de España. En su carácter de periodista, trabajó para varios diarios y revistas (Diario Popular, Somos, Perfil, El Día, Gente, Clarín) y publicó los libros No llores por mí, Catamarca (con Alejandra Rey, Sudamericana, 1991), Así se hace periodismo (con Sibila Camps, Beas Ediciones, 1994), Ladran, Chacho (con Sibila Camps, Sudamericana, 1995), Graciela, esa mujer (Perfil Libros, 1997) y Justicia y televisión. La sociedad dicta sentencia (con Sibila Camps, Perfil Libros, 1999). Acerca de su poesía visual, señala Rodrigo Alonso en el prólogo de Letra suelta:

Su trabajo llama la atención por su extremado poder de síntesis. Se basa, en gran medida, en la manipulación estructural y tipográfica de conjuntos de letras, a las que se suman algunas pocas notas de color. Este ascetismo formal no le impide desplegarse en los más variados sentidos (...)
Uno de los ejes principales de la producción de Luis Pazos gira en torno a la traducción visual del sonido. Muchos de sus títulos no dejan ninguna duda al respecto (Sonido doble, Sonido antropométrico, Sonido roto, Retrato fonético de Edgardo Vigo). Éste se manifiesta a veces mediante onomatopeyas más o menos establecidas (Acumulación, El beso, Sonido del tiempo, sonido de la fama), y otras, a través de conglomerados de letras con cualidades fonéticas (Sonido doble, Sonido roto). En casi todos los casos, la modulación espacial y tipográfica aporta unos efectos que contribuyen a una suerte de percepción “auditiva” (...)
La serie La letra como forma se fundamenta en la apreciación visual de carácter gestáltico que subsume al signo a la configuración de una imagen reconocible. Una única unidad lexical, en diferentes orientaciones, compone estos cuadros de interpretación sencilla e identificación casi inmediata. Aquí, el poema es un señuelo engañoso para la mirada: nos sumerge en su seducción (La vedette es, quizás, la más indicada para esto), nos empuja al alivio del entendimiento, pero, en realidad, su sentido es mucho más profundo: apunta hacia la forma y la letra como orígenes de nuestras capacidades interpretativas, como fuente de las percepciones y los pensamientos a partir de los cuales organizamos el mundo.

Foto: Luis Pazos con la máscara de “La cultura de la felicidad”. Fuente: diario El Día, La Plata, domingo 16 de abril de 2017.

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