jueves, 16 de marzo de 2017

Guillermo Pilía


6 / el bochorno estival, aquel deseo

perfume del verano, tapia umbría:
tanto tiempo pasó que sólo quedan
las reliquias de un amor tormentoso

esta noche –de nuevo– veo el muro
de ladrillos gastados, la pared
del bochorno estival y del deseo

un amor tormentoso, aquel amor,
y el horizonte oscuro en que se alzaba
–de tanto en tanto– una nube grandiosa


18 / languideces del cuerpo, lasitudes del alma

pronto anochece: atrás queda otro día
vacío como el día precedente,
al que también bastó su propia pena

languideces del cuerpo, pero más
lasitudes del alma: sueño leve
de enfermo o de soldado

hora mansa, retreta:
todo tiene su fin y su descanso:
inclusive esta cárcel pasará


24 / liturgia de la vida

tender la cama con sábanas nuevas,
igual que si estuviese preparando
un diácono la comida eucarística

igual que si estuviese ejecutando
un acto repetido, el viejo rito
de incienso y agua en la pascua lejana

un acto repetido, algo doméstico
y a la vez necesario: una liturgia
que venga a recordarme qué es la vida


34 / en la estación santa justa, un hombre ignoto

noche desde nervión al arenal:
borrachos merodeando los alcázares
y una voz que decía –id con dios

aún no amanecía: era otro enero
y mejor irse así: sin esa luz
que invitaba a quedarse allí por siempre

en la estación santa justa –ya a punto
de partir a madrid– un hombre ignoto
nos deseaba que fuésemos con dios


38 / trenes hacia países de ensueño

un centinela
monta la última guardia
sobre la hierba

bruma en la madrugada, languideces
del alma; y el eco de aquellos trenes
que se escapaban a países de ensueño

risa del día:
la niebla que se esfuma es ya un presagio
de pesca milagrosa


58 / las cosas que más amo

me voy con la tristeza
del que siempre recuerda
lo que más duele

la siesta interminable, la avenida
empolvada de sol, un pregonero
en el silencio espeso de la hora

pero también me voy con la alegría
de escribir con mi puño y con mi letra
las cosas que más amo


59 / no soy mago, no soy contorsionista

disculpen si me obstino nuevamente
en dar explicaciones: en verdad
no tengo cosas nuevas que decir

no he sufrido, no he amado
con mayor intensidad que cualquiera:
lo que he vivido lo he puesto en palabras

disculpen si mi oficio no entretiene,
si esperaban el arte de algún mago,
de algún contorsionista

Fuente: Sobre la cuerda y sin la red, Guillermo Pilía, Editorial Vinciguerra, Buenos Aires, 2016.

Guillermo Pilía nació en La Plata el 29 de octubre de 1958. Es Profesor en Letras, egresado de la Universidad Nacional de La Plata, y miembro de la Academia Hispanoamericana de Buenas Letras de Madrid. En 2016, el Concejo Deliberante de La Plata lo declaró Ciudadano Ilustre. Escribe poesía, narrativa y ensayo, labor por la cual obtuvo numerosas distinciones tanto dentro como fuera de la Argentina. Algunos de sus poemas fueron traducidos al inglés, portugués, griego moderno e italiano. Su obra poética publicada comprende los siguientes libros: Arsénico (Nuevas Voces, Buenos Aires, 1979), Enésimo Triunfo (Extramuros, San Fernando, 1980), Río Nuestro (Universidad Nacional del Sur, Bahía Blanca, 1988), Río Nuestro / Cazadores Nocturnos (Fundación Museos Argentinos, La Plata, 1990), Huesos de la Memoria (Círculo de Poesía, La Plata,1996), Viento de lobos (Sudestada, La Plata, 2000), Visitación a las islas (Sudestada, La Plata, 2000), Caballo de Guernica (Al Margen, La Plata, 2001), Ópera flamenca (Hespérides, La Plata, 2003) Herido por el agua (Vinciguerra, Buenos Aires, 2005), Ojalá el tiempo tan sólo fuera lo que se ama (Casa de Papel, Buenos Aires, 2011), Ainadamar (2016) y Sobre la cuerda y sin la red (Editorial Vinciguerra, 2016). Publicó, además, el cuadernillo La pierna de Rimbaud (Cuadrícula, La Plata, 2011) y las plaquetas Viento de lobos (Sudestada, La Plata, 2000) y Visitación a las islas (Sudestada, La Plata, 2000). “La poesía de Guillermo Pilía –escribió Rafael Felipe Oteriño– nace para suturar una herida: la del paso del tiempo. Pero, asimismo y por oposición a esto último, para celebrar una labor: la escritura. Tiene, pues, dos fuentes: la mirada de quien ve pasar seres y cosas, la propia vida junto a ellas, y cuyo dominio es de tono elegíaco, y el alborozo por el descubrimiento de que esos seres y cosas, el caudal entero de la memoria, pueden ser rescatados a través del canto”. Los poemas publicados en esta página pertenecen al libro Sobre la cuerda y sin la red, con el que Pilía obtuvo en 2016 el premio León Benarós de poesía inédita otorgado por la Fundación Argentina para la Poesía.

Foto: Guillermo Pilía. Fuente: Sobre la cuerda y sin la red, Guillermo Pilía, Editorial Vinciguerra, Buenos Aires, 2016.

2 comentarios:

  1. El mismo, intenso Guillermo Pilía de los últimos libros, el que canta las cosas que aman y entre ellas están, las que duelen. Y aquí, junto a otro poeta de su generación, el también intenso, aunque con otras cuerdas aunque en una han coincidido, César Cantoni. Abrazos para los dos.

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  2. Gracias por tu comentario, Alfredo. Otro abrazo para vos.

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