Ocupa
Dijo que le
buscara psicólogo
porque ignoraba
dónde había puesto
sus últimas
muertes.
Solté, como para
salir del paso,
que si no se le
daba
lugar a una muerte,
ésta podría usurpar
el espacio de
otra. Seguramente
por eso, agregó,
deseaba, de un tiempo
a esta parte,
ocupar un terreno.
Novela familiar
Mi madre tuvo un
perro.
Rabioso. A tal
punto
que a los días de
parirlo
me tragó sin
miramientos.
Luego de la
incomodidad inicial
comencé a ensayar
leves traslaciones
me distraje
explorando cavidades
y asocié los
nuevos torrentes
con las aguas de
un estero.
Encontré a mis
hermanos
chapoteando en la
vejiga
dijeron que
nuestro padre
emigró a los
pulmones
buscando qué
fumar.
Íbamos a buscarlo
pero el hambre
quiso que
probáramos alguna
víscera por aquí
una membrana por
allá
y tal fue la
concentración
en la faena
que una luz
creciente
nos devolvió a
las sobras
del convite
familiar.
No sabemos qué
paso
con nuestro
padre, madre
hay una sola.
Generación
Arribaron sin
grandes
estridencias.
Corvos.
La piel veteada.
Se vincularon
con la gente de
la zona
y con la de otras
zonas luego de
ahorrar
y subirse a un
barco.
Tuvieron hijos.
Tantos
que comenzaron a festejar
cada vez que
alguno
se caía a un
pozo.
El descubrimiento
del Gran Cráter
pasó a
confundirse
con la boca de un
dios. La
generación
siguiente
se trasladó a la
montaña
con las
dificultades del caso.
Quien alcance
el pico más
alto expiará
todos
los asuntos
pendientes.
Sondeo
El poeta toma una
piedra.
La observa la
huele le pasa
la lengua. Raya
un auto, dos.
Sabe que no es un
poema
pero la guarda
por las dudas.
Fuente: Poezja, Andrés Szychowski, Zindo&
Gafuri, Buenos Aires, 2015.
Andrés Szychowski
nació en La Plata en 1976. Es poeta y Licenciado en Psicología. Ejerce la
investigación y la docencia en la Universidad Nacional de La Plata. Publicó
tres libros de poesía: 17 discos de
música africana (La Terminal Gráfica, 2009), La redundancia (La Terminal Gráfica, 2011) y Poezja (Zindo & Gafuri, 2015). Fue incluido, además, en la
antología de jóvenes poetas argentinos Si
Hamlet duda le daremos muerte (De la talita dorada, colección Los
detectives salvajes, 2010). En el texto escrito especialmente para la
presentación de Poezja, señala
Daniel Krupa: “Lo
que hace a un poeta (e incluyo en esto a algunos pocos prosistas) es la
insistencia. La absurda, improductiva, melancólica y caprichosa insistencia.
Desde esta perspectiva, Sísifo es todo un poeta. Y Andrés, claro, también.
Además –como si ya no fuera suficiente la persistencia–, también pueden
mencionarse el vínculo de Andrés con el Mundo de la Poesía, por un lado, y el
vínculo de Andrés con el Mundo a Secas, por el otro. ¿Qué tiene que ver la
poesía con el Mundo de la Poesía? Bueno, es cierto, no tienen nada que ver.
Pero para mí es un dato. O un “síntoma”, como diría el mismo autor si estuviera
trabajando… Es que Andrés mira e interactúa con el Mundo de la Poesía de la
mejor manera posible, la más saludable… Esto es: de costado, ¡y a prudencial
distancia! No digo con recelo, sino con cierta sabia incredulidad (…) Y con el
Mundo a Secas, bueno… ocurre algo similar. Incluso en los peores momentos,
íntimos o colectivos, públicos o privados, Andrés recurre a la poesía para
abordar lo indescifrable y lo ominoso. Lo insensato. Lo injusto. Lo
indigerible, que es mucho. Pero también lo maravilloso. Es como si se
preguntara: ¿y qué hago, por dios, con todo esto? Bueno, ahí aparece la poesía
de Andrés”.
Imagen: Tapa de Poezja, Andrés Szychowski,
Zindo& Gafuri, Buenos Aires, 2015. Fuente: C. C.
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