Poemas visuales
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Acumulación 1966 |
Fuente: Letra suelta, Claudio
Mangifesta / Luis Pazos, Tiempo Sur, Quilmes, 2015.
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Sonido doble 1966 |
Fuente: Letra suelta, Claudio
Mangifesta / Luis Pazos, Tiempo Sur, Quilmes, 2015.
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Sonido roto 1967 |
Fuente: Letra suelta, Claudio
Mangifesta / Luis Pazos, Tiempo Sur, Quilmes, 2015.
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Sonido antropométrico 1967 |
Fuente: Letra suelta, Claudio
Mangifesta / Luis Pazos, Tiempo Sur, Quilmes, 2015.
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Nueva York 1967 |
Fuente: Letra suelta, Claudio
Mangifesta / Luis Pazos, Tiempo Sur, Quilmes, 2015.
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Sonido de la fama 1969 |
Fuente: Letra suelta, Claudio
Mangifesta / Luis Pazos, Tiempo Sur, Quilmes, 2015.
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Sonido del tiempo 1969 |
Fuente: Letra suelta, Claudio
Mangifesta / Luis Pazos, Tiempo Sur, Quilmes, 2015.
De la serie “C - La letra como forma”, 2012 / 2016
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La vedette |
Fuente: Del silencio como mirada, Claudio
Mangifesta / Luis Pazos, Tiempo Sur, Quilmes, 2016.
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El ególatra |
Fuente: Del silencio como mirada, Claudio
Mangifesta / Luis Pazos, Tiempo Sur, Quilmes, 2016.
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El intelectual |
Fuente: Del silencio como mirada, Claudio
Mangifesta / Luis Pazos, Tiempo Sur, Quilmes, 2016.
Fuente: Del silencio como mirada, Claudio
Mangifesta / Luis Pazos, Tiempo Sur, Quilmes, 2016.
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El posesivo |
Fuente: Del silencio como mirada, Claudio
Mangifesta / Luis Pazos, Tiempo Sur, Quilmes, 2016.
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El individualista |
Fuente: Del silencio como mirada, Claudio
Mangifesta / Luis Pazos, Tiempo Sur, Quilmes, 2016.
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El atentado |
Fuente: Del silencio como mirada, Claudio
Mangifesta / Luis Pazos, Tiempo Sur, Quilmes, 2016.
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Retrato del pintor Salvador Dalí |
Fuente: Del silencio como mirada, Claudio
Mangifesta / Luis Pazos, Tiempo Sur, Quilmes, 2016.
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La Pareja |
Fuente: Del silencio como mirada, Claudio
Mangifesta / Luis Pazos, Tiempo Sur, Quilmes, 2016.
Luis Pazos nació en La Plata el 5 de agosto de 1940. Viajero incansable, reside actualmente en su
ciudad natal. Es poeta, artista conceptual y periodista. En 1971, un jurado
compuesto por Alberto Girri, Carlos Mastronardi y César Magrini le otorgó el
premio del Fondo Nacional de las Artes por El
cazador metafísico, obra publicada al año siguiente por Editorial Noé. Escribió, entre 1971 y
2006, doce libros que son, según sus propias palabras, “producto de la
desesperación”. Los cuatro primeros fueron dados a conocer en un solo volumen
por Libros de la talita dorada en
2011 con el título El cazador
metafísico. Poesía reunida I. Poco después, publicó Señor de la alucinación
(Cuadrícula Ediciones, 2013) y Poema inconcluso para Luisa Pazos
(edición independiente, 2016). Esta última publicación incluye un CD con el
poema leído por el autor, cuya edición estuvo a cargo de Julio César Otero
Mancini. Como artista conceptual, integró, entre otros, los siguientes grupos:
EL Esmilodonte, Diagonal Cero (liderado por Edgardo Antonio Vigo), Grupo de los
13 (organizado por el crítico Jorge Glusberg) y Escombros (del cual fue
cofundador). Siendo integrante de Diagonal Cero, publicó en 1967 dos
libros-objetos: El dios del laberinto
y La corneta. El primero es una
botella tapada con un corcho, a la manera del mensaje de un náufrago; el
segundo consiste en diez poemas fónicos enrollados en el interior de una
corneta de plástico. A éstos, deben sumárseles dos libros de poesía visual
compartidos con Claudio Mangifesta, publicados en los últimos años: Letra suelta (Tiempo Sur Ediciones, 2015) y Del
silencio como mirada (Tiempo Sur
Ediciones, 2016). De su vida y su obra se ocupó Fernando Davis en el libro Luis Pazos. El fabricante de modos de vida.
Acciones, cuerpo, poesía (Document-Art,
2013). Participó, asimismo, en numerosas exposiciones en diversas ciudades del
mundo. Su primera muestra retrospectiva tuvo lugar en el MACLA (Museo de Arte
Contemporáneo Latinoamericano) en 2013. Pazos –para quien el arte es “un acto
de libertad” y una herramienta de crítica y denuncia social– fue, en la
Argentina, uno de los primeros impulsores del arte de acción y del arte de
intervención en espacios públicos y lugares no convencionales, como
supermercados y discotecas. Recientemente, algunas de sus obras (“La
cultura de la felicidad”, “Monumento al prisionero político desaparecido,
“Proyecto de solución para el problema del hambre en los países
sub-desarrollados según las grandes potencias” y “La realidad subterránea”) fueron incorporadas al patrimonio del Museo
Reina Sofía de España. En su carácter de periodista, trabajó para varios
diarios y revistas (Diario Popular, Somos, Perfil, El Día, Gente, Clarín) y publicó los libros No
llores por mí, Catamarca (con Alejandra Rey, Sudamericana, 1991), Así se hace periodismo (con Sibila
Camps, Beas Ediciones, 1994), Ladran,
Chacho (con Sibila Camps, Sudamericana, 1995), Graciela, esa mujer (Perfil Libros, 1997) y Justicia y televisión. La sociedad dicta sentencia (con Sibila
Camps, Perfil Libros, 1999). Acerca de su poesía visual, señala Rodrigo Alonso
en el prólogo de Letra suelta:
Su trabajo llama la atención
por su extremado poder de síntesis. Se basa, en gran medida, en la manipulación
estructural y tipográfica de conjuntos de letras, a las que se suman algunas pocas
notas de color. Este ascetismo formal no le impide desplegarse en los más
variados sentidos (...)
Uno de los ejes principales
de la producción de Luis Pazos gira en torno a la traducción visual del sonido.
Muchos de sus títulos no dejan ninguna duda al respecto (Sonido doble, Sonido antropométrico, Sonido roto, Retrato fonético de
Edgardo Vigo). Éste se manifiesta a veces mediante onomatopeyas más o menos
establecidas (Acumulación, El beso,
Sonido del tiempo, sonido de la fama), y otras, a través de conglomerados
de letras con cualidades fonéticas (Sonido
doble, Sonido roto). En casi todos los casos, la modulación espacial y
tipográfica aporta unos efectos que contribuyen a una suerte de percepción
“auditiva” (...)
La serie La letra como forma se fundamenta en la
apreciación visual de carácter gestáltico que subsume al signo a la
configuración de una imagen reconocible. Una única unidad lexical, en
diferentes orientaciones, compone estos cuadros de interpretación sencilla e
identificación casi inmediata. Aquí, el poema es un señuelo engañoso para la
mirada: nos sumerge en su seducción (La
vedette es, quizás, la más indicada para esto), nos empuja al alivio del
entendimiento, pero, en realidad, su sentido es mucho más profundo: apunta
hacia la forma y la letra como orígenes de nuestras capacidades
interpretativas, como fuente de las percepciones y los pensamientos a partir de
los cuales organizamos el mundo.
Foto: Luis Pazos con la máscara
de “La cultura de la felicidad”. Fuente: diario El Día, La Plata, domingo 16 de
abril de 2017.