Fundación de La Plata
Para construir una
ciudad es necesario,
simplemente, una
calle.
O más bien una puerta
de calle y un balcón.
Lo demás se hace solo,
ya sabemos.
Una vereda que se
desenrosca
y se muerde la cola.
Unos árboles bien
ejercitados
para que anden en
busca de una plaza.
Y después los vecinos
fundadores
con barbas en el palco
y con banderas.
Fuente: Veinte poetas platenses contemporáneos, Ana Emilia Lahitte, Fondo Cultural Bonaerense, La Plata, 1963.
Sábado
Cayó el sexto día. Tal vez fuera
el cansancio. Sabe Dios si no era
una lágrima ese gota salada
caída sobre el mundo la sexta madrugada.
La tierra se mojó. Hubo mar.
Hubo barro. Hubo Adán. Hubo Eva.
Hubo, naturalmente, cosas que contar.
Y después, según dicen, ninguna cosa nueva.
Fuente: Veinte poetas platenses contemporáneos, Ana Emilia Lahitte, Fondo Cultural Bonaerense, La Plata, 1963.
Refranero del vuelo
Volar es fácil ¿no es verdad? Se toma
impulso para el salto y, en el aire,
uno se deja estar, como de broma,
con aire de donaire y al desgaire.
Hecha la ley, hecha la trampa. Cierto
es que la ley de gravedad es grave.
Empezando a volar he descubierto
que empezar a volar cualquiera sabe.
Volar es fácil. Empezar es fácil.
El ave, el ángel, saben el
secreto
combate de lo grave y de lo grácil.
Hay que cantar no más y ser discreto.
Fuente: Veinte poetas platenses contemporáneos, Ana Emilia Lahitte, Fondo Cultural Bonaerense, La Plata, 1963.
Ángeles de papel
Ángeles de papel, ángeles
líricos.
Los de Cernuda tienen alas
para el amor de sal y yodo
y, como los de Alberti, van
pesados,
perdido el hábito de andar
en tierra
(yo puedo verlos cuando el
ancho río
se acuerda de ser mar).
En cambio los de Lorca
van por el cielo herido
con albos abanicos y
guirnaldas
y jazmines diminutos
(los míos son discretos:
se detienen demorados por
puntos suspensivos).
Fuente: A verso traviesa, Carlos Albarracín
Sarmiento, Ediciones de la Utopía, Mendoza, 2009.
Versos de cierta edad
A cierta edad
la incertidumbre crece
o simplemente se descree.
El tiempo no confirma
ni conforma;
lo lejano se acerca,
lo prójimo se aleja.
Pero, gracias al cielo,
uno, que no se reconoce
otro,
aunque ya no presienta
sus poemas,
todavía versea
(o viceversea).
Fuente: A verso traviesa 2, Carlos Albarracín
Sarmiento, Ediciones de la Utopía, Mendoza, 2010.
Carlos Albarracín Sarmiento nació en La Plata el 1° de
mayo de 1926. Estudió en la Escuela Anexa, en el Colegio Nacional “Rafael
Hernández” y en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de La
Plata. De esta última egresó con el título de Profesor en Letras. A partir de
entonces, se dedicó a la docencia y la investigación lingüística y literaria.
Durante muchos años, trabajó en Estados Unidos hasta que, en 1986, se retiró
como Profesor Emérito de la Universidad de California. Fue poeta, crítico,
ensayista y autor teatral. Entre sus obras publicadas, cabe mencionar: Tres cielos (poesía, 1939), Solfeo lunar (poesía, 1943), Versos,
preversos, poesía prevertida (poesía, 1959), Juana la Loca (teatro, 1963), Estructura
del “Martín Fierro” (ensayo, 1981) y Aquí
andamos (poesía, 1990). Póstumamente, Ediciones de la Utopía dio a conocer A verso traviesa (2009) y A verso traviesa 2 (2010), libros que reúnen poemas escritos en los últimos tiempos.
Son muy ponderables, asimismo, sus trabajos publicados en revistas y volúmenes
colectivos, como “Pronombres de primera persona y tipos de narrador en 'La
Araucana', “Sarmiento y la retórica”, “Literatura y realidad en 'Las babas del
diablo', de Cortázar” y “Mesianismo paródico. Raspando la cruz. Apuntes para el
análisis de un texto dramático” (en
colaboración con Roberto de Souza). Albarracín Sarmiento perteneció a la nutrida
generación del 40, aunque el aire juguetón y el fino humor de sus versos lo
distanciaron del neorromanticismo predominante entre sus compañeros de ruta.
Murió en La Plata el 25 de abril de 2009.
Foto: Carlos Albarracín
Sarmiento. Fuente: Diario “El Día” de La Plata, Martes 28 de abril de 2009.
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