Cuando las
gasolineras sean ruinas románticas
“Tú que eres bella ahora en las calles
de Managua,
un día serás como ellas de un tiempo
lejano,
cuando las gasolineras sean ruinas
románticas”
Ernesto
Cardenal
En el futuro volverán los escuálidos a sobarte las piernas
perros demócritos astronautas del Apolo XXI de Rugama sin
sueños
cantineras espiritas acosadas por poetas malísimos
provenientes
de nuevas galaxias que te traerán mi cabeza cortada para ser
exhibida
sobre los hímenes de mármol intactos de una selva negra
estremecida
en el planetario de seres del universo también exhibidos
como yo
seré una puta que ama demasiado a una inteligencia
artificial
En el futuro volverán a llamarte y en un aullido
pronunciarás mi nombre
el que será captado por las antenas de generaciones
posteriores
del otro lado del mundo de este lado de mi amor
Inflama
De qué miseria o fisura que la bordea
salgo a meterme yo y revolver
y no naturalizar –cada vez– revólver
Si acaso los pedagogos de hoy que salen de las cloacas
que sostienen a su factótum
ni siquiera conocen la mugre inflama de los ojos
la miasma que respiran los mismos Leopoldo María Panero que
no nacerán
Así de una madre amputada hija en la entrada terraplén
del puerto del Buen Aire
allí donde por día se arrojan toneladas de alteración
que va a parar hacia los ADN que malformarán células
por varias generaciones de ratas y otras alimañas
que llegarán a tener el tamaño de perros
y que se comerán perros y así…
Tan solo del otro lado del Riachuelo
ahí donde el factótum fabrica una torre de 60 pisos
a medio millón de dólares con vista a la ciénaga
y a la amputada que juro que se la ve todos los días desde
el piso 50
y a las ratas también visibles de gordas que ya no son
abortables
porque desovan
desovan un futuro promisorio para los hijos de los
cardenales
en lo alto frente a la ciénaga
Pues de qué miseria o fisura que la bordea
salgo a meterme yo y revolver
y no naturalizar –cada vez– revólver
Lapsus
Cuando todo estalle no habrá déficit ni riesgo
ni polen ni musgo en las alcantarillas de los alacranes
grises
ellos con sus carpetas comenzarán de nuevo a inflar el
crédito del porvenir
para que vuelva a estallar tarde o temprano y así un campo
de batalla
la pesada herencia de los cautos & ramplones
que mis nietos no sean la marea que se corrompa
reconociéndose en el espejo imagen de tentáculos que lleva
la historia
Parece normal que cuando todo estalle
y el único Ministerio que quede sea el de la Poesía
llevando al cadalso a los autores del ejército de reserva de
los muertos
Cuando todo estalle –parece ya normal–
no empezaremos de nuevo
Vecinos de calle 30
Ayer fui invitado de prepo
grupo “en Alerta”
el mismo día en el que en mi país
se celebra la sumaria mazorca de azules y pitufos
Bertolt Brecht me saluda desde su tumba a la distancia
Y también me saluda un vecino
desde su WhatsApp
el mismo que por la vereda ni siquiera me mira cuando paso
Mi amigo poeta de la 29 me dice que no tiene grupo “en
Alerta”
y van apareciendo listas de la supuesta escoria que acecha a
la 30
pinchan con alfileres a su Tablet vudú
Las mariposas negras en el nido el huevo
de la serpiente prontuaria
que se vuelve a morder la cola
& el hombre que
fue martes
Infiltrarse
Infiltrarse en la gente
& armar asociaciones bien oscuras
Malignas altamente peligrosas
Inventar terroristas subversivos & hechiceros
Herejes brujos exorcizados cancerberos
Infiltrar al hombre que fue jueves & viernes &
sábado
Infiltrar las novelas de Chesterton con periodismo barato
No leer a “Los demonios” de Dostoievski
& desobedecer los panegíricos de Sion
Ni en “La eternidad por los astros” de Blanqui
o en las largas cabelleras de los comuneros llenas de
infiltrados de París
aquellos que hicieron la Revolución
Los únicos terroristas polis infiltrados que lucen de
terroristas
& terroristas que no existen sino en la mente del estado
terrorista
Infiltrados Lenin Pasolini el presidente los senadores
el celador el docente & el ama de llaves
Infiltrados los talleres de poesía & la rutina de box
La realidad infiltrada por los que ya no están a salvo de la
infiltración
& se miran unos a otros preguntándose infiltrados hasta
los tuétanos
Estrella cercana
Miguel Ángel Estrella brinda un recital para los presos
alojados en la Cárcel de
Chimbas
Miguel Ángel ofrece un repertorio de música clásica y
conversa
Sobre el pasado
Estrella les cuenta y viaja a 1976
Cuando los militares le martillaban las manos y amenazaban
con cortarle los dedos
“por el hecho de ser pianista” le decían
Por aquel entonces sintió que Dios le hablaba y le pedía no
morirse
Y así sobrevivió al Mal
Y así los conciertos de piano para Estrella empezaron en el
exilio
Primero en las cárceles de Francia en 1982
Y más tarde en villas, pobreríos, cárceles, fábricas
Argentinas
“La música salva” dice y siente Miguel Ángel al medir el
horror por distancias
Hasta que cuatro décadas después desembarca en Chimbas
Toca Bach y recuerda cuando… alguien entre los presos
espectadores interrumpe...
Pide prestado su lugar al ejecutante para recordar un tango
y “adelante, como no…”
Cede el amable Estrella
Entonces la música comienza atonal y chirría espantos
En la voz o susurro del capitán Nazi Wilm Hosenfeld
Grita al pianista Wladyslaw Szpilman que toca como poseso en
el Gueto
Pero no el “Nocturno en cis moll” de Chopin
Los gritos de ultratumba de la desaparecida Marie Anne Erize
Piden clemencia en la ESMA
Y los dedos gráciles de Estrella que se arrastran cada vez
Más toscos aplastados por el martillo de las brujas que no
quiere a Dios ahí
Y los presos de Chimbas espectadores alucinados de esa
musiquilla infernal
Observan al concertista cuando se le salen las falanges
Y al Asesinato
Ya no convertido en una de las Bellas Artes
Tras el réquiem
El solicitante descolocado como Diablo de Chimbas
Levanta su rostro y se para
Busca tenderle la mano al impertérrito Estrella
“Me llamo Jorge Olivera, soy un preso político…
…. gracias por prestarme su piano”
Iluminación en Villa
Caraza
No dormía, solo me despertaba a cada rato y veía, vi a mis
padres, a mis abuelos, a todos de la mano mirándome fijo, pero a lo lejos vi a
mis ancestros más lejanos con flores negras en las manos, como si cumplieran un
ritual ajeno pero demasiado familiar que yo desconocía pero era cotidiano. Vi
una proyección en el cielo de halcones que lanzaban artefactos sobre la tierra
y las casas vecinas ardían arrasadas en un fuego amarillo de pronto verde, y la
gente pidiendo implorando esos colores a los gritos, pero después quejándose
cuando ya ardían en el flash del pasado. Vi un mundo fosforescente iluminarlo
todo como en el flash que se metía en el pozo oscuro de la historia, se prendía
y apagaba hasta salir y rociar los ojos inyectados de los que pasaban. Vi a las
tierras del interior levantarse con motopalas y a niños refugiados con estrías en
los brazos quejarse de su herencia malforme, exigir la vuelta de su país con
pancartas ya sin colores ni clientelas.
¿En qué estrellas
viven mis abuelos, Papá?
a 42 años del golpe cívico militar
En la larga deriva de los que no están
viajan sus hijos y nietos al encuentro
como osas polares de un firmamento inacabado
mirando el destello de los de abajo
aquí navegantes de un futuro incierto
hacedores de vientos soñados por otros hacedores más
antiguos
También se nos suma la descendencia que aprendió del Mal
a no utilizar la misma daga de sus engendradores/ ahora
perdidos
en vaya a saber qué agujero negro o silencio apagado
Los de mi época nacieron dudando de su identidad
y aquellos que aún no interrogan a su sangre porque la
desconocen
van imantados a los pechos vía láctea de sus abuelas
buscadoras
pues en esta economía de los muertos y sus estrellas vivas
se nutre un pueblo castigado como Sísifo a la pesada piedra
de la memoria
hacia el encuentro de un volcán resplandor subterráneo
apenas la esperanza de transferir una pequeñísima luz
fragmento de eternidad en los ojos del hambre
y que no se trague todo el sufrimiento de la voz
y que la larga senda de los que siguen no se sientan
los argonautas de una aristocracia
del dolor
***
¿En qué estrellas viven mis abuelos, Papá?
Entonces con el dedo clavado en la noche le indico cierta
luz
Algo que se apagó hace tiempo pero sigue encendido
el dínamo espectral del universo mira a los desheredados
y todavía
a pesar de todo
desde aquella estrella
exigen un legado
Cuando se muere un
poeta peronista
a
Alfredo Carlino, in memoriam
¡Oh, musa!, nuestra canción ha terminado…
y devuelvo mi
voz a la musa…
Nekrásov
Cuando se muere un poeta peronista
Su voz retorna al pueblo del que provino
A esa musiquilla de los cuerpos doloridos y humillados
Que dieron un sentido a nuestra patria
Cuando se muere un poeta peronista
Hay luto como con la muerte de Eva
Y llueve a cántaros en las almas de los cabecitas negras
Mientras sueñan donar la voz a nuevos poetas proscriptos
Que tarde o temprano nacerán del vientre del pueblo
Y no de un palco o un escritorio
Cuando se muere un poeta peronista
La gesta de los gestos retumba de nuevo
Esperando la marcha del bombo estremecido
El clamor de la lealtad y traición de los compañeros se
reordena
En inéditas geometrías del mito porvenir
Cuando se muere un poeta peronista
Es tiempo de malos augurios
La noche se pone más oscura y baldía
Y entre la acechanza de presos fusilamientos y ajustes
La argamasa de tierra sangre saliva mierda y sudor
Es el golem en el útero de la esperanza
Cuando se muere un poeta peronista
Canta el ruiseñor canta
La llegada de tiempos mejores
Anunciando la voz de un próximo cantor
Fuente: gentileza de Julián Axat.
Julián Axat
nació en La Plata en 1976. Es abogado y vive en City Bell. Fue Defensor Oficial
del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil de La Plata y, actualmente, dirige
el Programa de Acceso Comunitario a la Justicia de la Procuración
General de la Nación. Publicó los siguientes libros de
poemas: Peso formidable (2004), Servarios (2005), Medium (2006), Ylumynarya
(2008), Neo o el equipo forense de sí (2012), Musulmán o biopoética (2013), Rimbaud
en la CGT (2014) y Offshore
(2016). Una edición aumentada de este último, publicado originalmente en Chile,
fue impresa el año pasado en la Argentina con el título Offshore & otros poemas. Figura en
varias antologías poéticas, entre ellas: Resistencia
en la tierra (2014), Giovane poesía
latinoamericana (2016) y Atlas de la
poesía argentina (2017). Algunos de sus poemas fueron traducidos al inglés,
francés, italiano y portugués. Creó y dirigió la colección Los Detectives
Salvajes de la editorial Libros de la
talita dorada. Editó, además, la antología Si Hamlet duda, le daremos muerte (2010), que reúne a 52 poetas
argentinos nacidos a partir de 1970, y La
Plata Spoon River (2014), una recopilación de poemas de varios autores que
hacen referencia a la trágica inundación que enlutó a los platenses el 2 de
abril de 2013. Los poemas publicados en esta página pertenecen al libro inédito
Cuando las gasolineras sean ruinas
románticas, libro que incluye también una serie de fotos de estaciones de
servicio abandonadas, tomadas por Coti López.
Ilustración: foto de Coti López. Fuente: gentileza de
Julián Axat.
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