Escépticos
Era delito ser joven y no rebelarse,
tener lengua que habla pero no dice,
contemplar el cadáver de nuestro enemigo
con la conciencia del alma.
Hoy se ve un camino humeante de escépticos:
donde hubo cielo
no queda siquiera un azul culposo.
Debe haber para nosotros algún perdón
por habernos traicionado honestamente.
Oscuridades
Vienen de los setenta
corazones oriundos de la pena,
un ramo de contradicciones marxistas,
un rumor a cadáver vivo en el fondo de los días.
Las dudas eran nuestras,
podíamos reconocerlas
por un indecible olor a sombra,
verdades tan frágiles,
oscuridades no tan luminosas.
Nadie busca hoy las causas del dolor
ni tampoco será noticia mañana
la certidumbre de aquellas respiraciones agitadas.
No llegará el día en el que esta suavidad espinosa
nos depare un reposo habitable.
Montevideanamente
Era un piazzolla...
(como enamorarse o vendarse los ojos, que es lo mismo,
o un damasco sublime,
un terreno aún no conquistado por la desazón,
como silbar en medio de la desolación de Hopper,
una pasividad escandalosa,
un ocre, por ejemplo,
un otoño profuso, irrepetible y profuso,
o este morir viviendo, así, por dentro)
...montevideanamente melancólico.
Afasia
Lo mal dicho y lo ocultado,
lo que no se puede escuchar,
lo que obliga a hacer equilibrio
entre lo oído y lo escuchado,
lo que triste-mente carece de palabra,
aquello que insta al sordo a ser más sordo,
una voz deshabitada, afasia balbuceante,
y lo irrevelable,
lo acallado casi escondido,
lo que no alumbra ninguna estrella,
lo que disimula el reposo,
lo que jamás será grito ni aullido,
la sumisión que aparece en la pupila,
esta imposibilidad de decir
esto que aturde hasta orinar sangre
este canto muerto
este viento sin sonido.
Contornos
Todavía veo, puedo distinguir los contornos,
diferenciar una lágrima de una nube,
una rispidez camuflada de seda
de una mancha con intención de sangre,
un lunar de una gota de sudor
(la que sobrevive al hielo del fracaso),
y atollado aquí seguir, en esta glándula gozosa,
mirándome soñar,
prestándole un día de mi vida
a las mujeres ajenas que cantan sin abrir la boca,
hasta que parpadeo
y el mundo deja de ser mío.
Pesadumbre
Había sido yo dos labios tristes,
un baudelaire inocuo,
me dolía aceptar la muerte de la tarde.
Ese modo de callar
por donde se cuela el inconsciente,
esa pesadumbre
de los muchos hombres que no he sido,
me trajo fríos del tamaño de lo trémulo,
y aunque siguen raptándome ciertos frenesíes
el piano de jarreth hizo reconciliarme conmigo.
Estoy solazado y no quiero dejar de estarlo,
voy camino a verme estremecido,
feliz no, estremecido.
Fuente: Sucre, libro inédito. Gentileza de Norberto
Antonio.
Norberto Antonio nació en Rosario el 15 de octubre de 1951. Platense por adopción, reside
desde muy joven en City Bell. Publicó los siguientes libros de poesía: La misma voz y todo el vicio (1984);
Agua que enturbia la pupila
(1996); Desesperadamente agua
(2000); Paladar negro (2003); Cerca no es encima (2008) y Parece pero es (edición bilingüe,
castellano - portugués, 2009). “Para Norberto
Antonio –señala Rafael Felipe Oteriño– la poesía es una réplica al orden
establecido. O, mejor dicho, la voz de lo otro que no encuentra lugar en dicho
orden. Pone en contraste la libertad, de la que se sabe portadora, con la vida
convencional que, a su juicio, la rechaza y niega. De donde opera a modo de
afrenta, renovando la vieja querella entre la aventura y el orden. El
movimiento poético que la encuadra está del lado de las vanguardias, en cuanto
muestras de lo nuevo, lo fresco y lo inesperado. Pero como también es resultado
de lecturas, no cuesta adivinar el influjo de una tradición también rebelde: la
romántica.”
Foto: Norberto Antonio. Fuente:
Gentileza de Norberto Antonio.
que buenos poemas, felicitaciones Norberto me gustaron mucho.
ResponderEliminarabrazo grande
Fernando Delgado
llegué aquí por Tuerto Rey Cultura que no tengo idea de lo que es, no soy muy amiga de la computadora.
ResponderEliminarSoy Montevideana morir viviendo en montevideo y se muere perfecta la vida por aquí y llueve y sale el sol y es otoño invierno verano y te ahogas de calor pero el río podrido vómito de plata no deja te asfixies como en otras partes.
hay una pelicula Norberto apenas tarde.
y mi tío se llama Fernando Delgado, como el señor arriba.
nada tiene interés ni en internet se siente estar en otro lado por eso lo odio y prefiero estar estática pero estar estando en mi pequeño condado de montevideo.
salud.
Negro....estás al lado de Lahitte, Speroni, Castillo, Ballina....qué tal?? celebro tus letras!!
ResponderEliminarNecesaria la poesía de este poeta, para los tiempos que corren.
ResponderEliminarSin querer me cruce con él en una presentación y el tiempo y la falta de presentaciones no me permitió tener su dirección de mail.