Ítaca
“cuidá a tu mamá”
le dije la noche anterior
al oído
a mi hijo de tres años
mientras los dos dormían
Carga
viva
1
el avión carretea sobre la pista
por ahora es un zumbido apagado
pero pronto despertará la bestia dentro de sí
y liberará la velocidad y el vértigo
cierro los ojos
y –aunque los detesto–
masco un chicle
para no sentir la presión en los oídos
Castel
Sant’Angelo
Como barraca de muerte, el hexágono.
Como refugio de Papas, el círculo.
Como cárcel de desdichas, el cuadrado.
Como tumba de emperadores, la estrella.
En el Castel Sant’Angelo
hay una pared
donde jamás brilló el sol,
hay una estatua
donde Gregorio vio
al arcángel Gabriel
anunciar el fin,
hay un puente
vencido por el peso
de los candados de
amantes implacables.
En el Castel Sant’Angelo
aún no han
domesticado
a los mendigos
milenarios
que piden limosna
sobre los adoquines.
Epifanías
1
junto al agua
espesa
verde ceniza
del Tíber
una gaviota
desgarra
el cuerpo acuático
lampiño
resbaloso
de una rata ahogada
2
en el peristilo
del Domus Flavia
un cuervo
posado
sobre flores blancas y violetas
busca semillas
migas
insectos
toda la belleza
habita entre sus plumas
todo el horror
anida en sus ojos
En el
arco de Constantino
el camión militar
junto al arco de mármol
los soldados que fuman
y ríen indolentes
a carcajadas
el FAL
en manos de un chico
menor que yo
la revista
sensacionalista
que habla
de la amenaza islámica
el inmigrante
africano
al que sacaron
con violencia
de la trattoria
todo esto
supera
el más descabellado sueño
del emperador
Volando
de Roma a Londres
1
Las nubes debajo
sugieren montañas, cráteres, hendiduras;
en otros momentos
hileras perfectas de madalenas.
Cada tanto
las montañas reales
asoman macizas entre las nubes
solo para confirmar
la superioridad de lo imaginario
por sobre lo real.
Tout
abus sera puni
en el Pompidou
en el Louvre
en la tumba de Napoleón
en el Musée d’Orsay
en una juguetería
en un shopping
en el Arc de Triomphe
en el Panthéon
en un restaurante
abrí la mochila
mostré mis vergüenzas
la conciencia culpable de París
sigue vigilando los bolsos
carteras vientres
cabezas
ideologías
de los visitantes
de los residentes
de los inmigrantes
ya en el tren
el cartel promete
rotundo
todo
abuso
será
castigado
Brindis
y porque sabemos que de alguna
manera no nos han vencido
es que brindamos
Gustavo Caso Rosendi
brindamos con vino
servido en un frasco vacío
de mermelada
es de noche
y corre un fresco
agradable
la torre Eiffel
está frente a nosotros
dorada, imponente,
segura de sí misma
“me da mucho gusto
que puedan estar todos acá”,
dice mi madre
de pronto, sin aviso,
a las doce en punto,
miles de luces diminutas
parpadean enloquecidas
corren y oscilan y brillan
sobre el cuerpo de la torre
la gente grita, festeja
bebe, fuma
los vendedores ambulantes
ofrecen alcohol y baratijas
estamos sentados sobre la tela
que trajo mi hermano
con el dibujo de un mandala
cada uno ha recorrido y recorrerá
a su manera
como pueda
los círculos de su camino
pero ahora brindamos
por esta alegría breve de estar juntos
este dolor dulce
de vivir separados
y de sabernos
a pesar de todo
y pase lo que pase
una familia
Volando
de Madrid a Ezeiza
a veces la realidad se redime
y nos cierra la boca
cuando pinta
tan fácilmente,
tan sin esfuerzo,
un cuadro de Turner
en la ventana del avión
Wakefield
“no se puede negar
que volviste”
dice mi mujer
mirando
la valija abierta
los cuadernos
los papeles
y el alegre caos de objetos
desplegados sobre el escritorio
Fuente: Carga viva,
Vicente Costantini, Pixel Editora, La Plata, 2019.
Vicente Costantini nació en Buenos Aires en 1981. Actualmente, reside en
La Plata, ciudad donde nacieron sus dos hijos. Es Profesor y Licenciado en
Letras. Durante siete años, asistió al taller literario de Santiago Espel.
Escribió tres libros infantiles para la colección “Argentinitas”: Ésta es Jacinta, Jacinta aprende y La
Argentina de Jacinta (2007). En poesía, publicó Diario de la nuez (Ediciones La Carta de Oliver, 2012) y Carga viva (Pixel Editora, 2019).
Tiene, asimismo, dos poemarios inéditos: Postales
del Altiplano y Crónica del agua.
Su labor creativa fue reconocida
con las siguientes distinciones: primer premio en el V Concurso Provincial de
Poesía 2014 “Ginés García” (Dirección General de Cultura y Educación, Provincia
de Buenos Aires), primera mención en el Concurso Provincial “Diagonal
Literatura” 2016 (Escuela Taller Municipal de Arte y Ediciones La Comuna, La
Plata), segunda mención en los I Juegos Florales del Centro Cultural “Justo
José de Urquiza” 2016 (Concepción del Uruguay, Entre Ríos), Orden poética “Silvia
Noemí Pastrana” 2017 (Asociación de Poetas Argentinos) y mención en el concurso
Barracas al Sud 2017 (Municipalidad de Avellaneda). Además de ejercer la
docencia, coordina talleres literarios y administra el blog “Otras costumbres
de los alcobranes” (http://alcobranes.blogspot.com), donde pueden hallarse algunos de sus muchos
y diversos textos. Acerca de Carga viva,
dice Cristina Baroni en el texto leído en la presentación del libro:
LA MIRADA DEL POETA
El
punto de partida es precisamente: la partida. La partida del hogar, de la
familia, de la patria? Comienza el viaje del héroe y me pregunto qué guerra irá
a librar. Hay abandono, pérdida y vértigo en la huida, hay presión, también
incertidumbre, nadie viaja con las manos vacías, las personas cargan sus
historias, sus pasados, ¿sus destinos? a cuestas.
El
camino se vuelve trayectoria, movimiento, destino a descubrir, ¿qué persigue
este viajero que parece encontrar en los mundos íntimos de los otros un lugar
donde posar la mirada? La realidad se vuelve otra, se conforma de pliegues
infinitos en el ojo del poeta, un cuerpo que viaja y observa y busca el punto
justo para abrirse, para que los sentidos construyan cada pieza poética, justa,
precisa, donde parece no sobrar nada.
Frente
a las formas de la historia y la civilización, un monumento puede ser mausoleo,
cárcel, museo; frente al ojo del poeta
el pasado cobra vida nueva, y así los poemas arman sus juegos de contrastes: el
pasado y el presente, lo muerto y lo vivo, lo eterno y lo efímero… pero aquí
estamos en el terreno de lo poético, y en la poesía gana lo efímero.
Ganan
las formas que se escapan a la lógica, a los cálculos, a la arquitectura, a la
civilización y al progreso, la mirada del turista no es la mirada del poeta,
ante el mundo de referencias que abren los poemas, la mirada del poeta se vuelve
blanda y piadosa en medio de una Europa en ruinas, la belleza no está en los
monumentos, y entonces nos preguntamos junto con él ¿qué es una obra de arte?
¿de qué manera la poesía ha logrado que un mundo en ruinas se haga palabra y
cobre sentido vivo y presente?
La
mirada del poeta no es ingenua, nos da cuenta de una Europa en ruinas y también
de una Europa xenófoba, amenazante, que guarda en sus cimientos la memoria de
la muerte y la tortura, pero esa contemplación poética se complejiza y descubre
los pliegues de lo real: “la superioridad de lo imaginario por sobre lo real”,
el Tíber como una fiera que ruge, la libertad agazapada en las alas de un
cuervo, una niña que juega… Frente a la perfección de lo civilizado, irrumpe lo
vivo, lo que desordena, lo que desborda, lo que está ahí y en un instante se
fuga, los afectos que abrigan, en esta Europa donde los otros son una amenaza,
los afectos se vuelven refugio y motivo.
La
voz de la madre se levanta imponente como la torre Eiffel, en esta familia de
destinos cruzados, el hijo poeta recrea la escena que se vuelve cálida y
misteriosa, pero ¿qué es una familia? ¿acaso sea el hogar, la patria, el lugar
a donde volver? ¿cuál familia? Es en los otros donde también se busca y se
construye la patria, porque la mirada poética parece redimirlo todo.
El
héroe regresa, ¿a su patria? ¿a su hogar? El héroe regresa victorioso, le ha
robado a Europa, le ha robado al tiempo, le ha robado al lenguaje, un puñado de
poemas grandiosos.
Trae
consigo para regalarnos un libro que nos dice que podemos inventar una patria
viva y presente, que mira y cuestiona y también construye belleza, una patria
personal y colectiva. Porque la poesía también es tierra fértil, esa patria
donde regresar y permanecer.
Foto: Vicente Costantini (by Mariela Corbellini).
Fuente: gentileza de Vicente Costantini.
Me parecieron excelentes poemas. Muchas gracias, César.
ResponderEliminarMe alegra que te hayan gustado, Patricia. Gracias a vos por leer.
EliminarGracias por los poemas de todos estos grandes poetas y maravillosos amigos. Me encantaría enviarte algún poema mio pero me da pudor... Cariños infinitos querido Cesar. Abrazo inmenso. Concepción Bertone
ResponderEliminarGracias a vos por pasar, por comentar. Mandame los poemas que quieras y los leeré con mucho gusto. Creo haberte dicho que siento una gran admiración por tu poesía. Saludos, un abrazo y mi recuerdo.
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