Paisaje lírico
La hora es un
antiguo tapiz en que las cosas
como en una agonía
de luz se desvanecen,
y los jardines donde
las almas convalecen
son sueños que
prolongan realidades dichosas.
Vuelos indefinidos
van tejiendo el sosiego
casi azul de la
tarde, que el aire inmoviliza.
En una transparencia
serenamente lisa,
el cielo, allá a lo
lejos, se va quedando ciego.
Vacío
A los hermanos del
colegio
por aquel roble he
preguntado
que ayer movía su
follaje crespo
y hoy es un cono de
aire sobre el patio.
Es sólo un árbol lo
que falta
pero unos ojos lo
notaron
y en unos cuantos
corazones tiernos
otros tantos
hachazos resonaron.
¡Tienen vacío tanto
sitio!
¿Cómo pensaron en
cortarlo?
¿Cómo has dejado,
hermano San Francisco,
voltear el
rascacielos de los pájaros?
A la España de la memoria
Como sangre manando
de una herida
brota de las
pasiones indomadas
esta raza rebelde y
colorida.
Amo a un pueblo que
sueña y que defiende
sus sueños y por
ellos se desangra
y con ardiente voluntad
padece.
Joven en estridentes
armonías,
en lo terco y febril
de sus amores,
en la jactancia de
sus mil heridas.
Agrazón de las
vides, siempre verde;
el tiempo, como un
río a su costado,
corre entre las
arenas y los peces.
Pueblo altivo, enhiesto
entre sus piedras,
para quien es medida
soberana
la unión del corazón
con la cabeza.
Los adioses
Y se fueron las
gentes,
terminó su ajetreo,
se cerraron las
casas,
se borraron los ecos
y en urnas de
memorias
se refugió el
recuerdo.
¡Cuántas pequeñas
cosas
que salen al
encuentro!
¡Cómo brilla y se
aviva
la chispa de un
momento!
A través de mis ojos
que evocan y que
indagan
¿podrán ver este
cielo?
En mis diálogos
mudos
¿podrán sus muertas
voces
decir palabras
nuevas,
alzarse sobre el
tiempo?
¡Qué
desproporcionado
el más allá silente,
solitario y eterno,
frente a un soplo de
vida
más ligero que el
viento!
Fuente: De mis jardines, María
Enriqueta Argüello de Dougherty, edición de la autora, La Plata, 1990.
María Enriqueta Argüello de Dougherty nació en La Plata el 6 de octubre de 1909 y
falleció en la misma ciudad el 30 de agosto de 2001. Era la novia de Francisco
López Merino cuando éste se suicidó el 22 de mayo de 1928. Entonces, María
Enriqueta, apodada familiarmente Chun, tenía 18 años. Con el correr del tiempo,
contrajo matrimonio con el estadounidense Eugene Joseph Dougherty, de cuya
unión nacieron cuatro hijos. Fue Profesora de Letras y Traductora de Inglés,
egresada de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de La Plata. Al
parecer, su único libro publicado es De
mis jardines (1990). Impreso en los talleres de Grafica Lourdes, en La
Plata, el libro se abre con prólogo de Carlos Albarracín Sarmiento y reúne
cincuenta y seis poemas que la autora conservaba, escritos de puño y letra, en
cuadernos y papeles sueltos. Mucho tiempo antes, otros poemas suyos habían sido
incluidos en volúmenes colectivos, como la Antología
de la Poesía Femenina Argentina (1930), de José Carlos Maubé y Adolfo
Capdevielle (h), y la Primera Antología
Poética Platense (1956), de Roberto Saraví Cisneros. De su obra se
ocuparon, entre otros, Arturo Capdevila y Ángel Mazzei. El primero le dedica un
capítulo entero (“Versos de María Enriqueta”) en Loores platenses (1932) y el segundo la rememora en El día domingo en la poesía argentina
(1950). Con referencia a De mis jardines,
destaca el prólogo de Albarracín Sarmiento: “Poesía musical, de musicalidad
propiciatoria, emisaria, terciadora. La música de estos versos vale tanto como
el perseverante ánimo de inteligencia que los informa, le da a la razón un
impulso que la empina y la abre. Al oírlos, uno anda con ellos conmovido por
ese ritmo en que se aúnan el pensamiento y el canto”.
Foto: María Enriqueta Argüello de Dougherty. Fuente: Primera
Antología Poética Platense, Roberto Saraví Cisneros, Ediciones Antonio Zamora,
Buenos Aires, 1956.
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