Autorretrato
desnuda,
sin heridas aparentes.
Es una hembra espléndida
en épocas de celo,
tal vez.
Pero ya muerta.
despoja sus silencios.
En silencio,
un idioma de albatros
la sustenta.
intacta,
con dignidad de hiedra.
Y aferrada a sus muros
de lumbre y soledades,
espera.
ni me gusta alinear la carne roja
en bandejas de plata.
acaba de traerme tus ojos
ha de traerme tu mirada.
algo más.
Detrás del último
instante
en que creemos.
Algunas
maneras de ensayar el adiós
5
La desnudez
fue siempre mi guarida secreta.
7
Como una artesanía
los hombres ensayamos la eternidad.
Como un arte, el deseo.
13
Fascina
este límite
donde el haber vivido se desprende
como la piel de una serpiente.
19
No elijo
otro destino
que mi salto al vacío.
22
hay que ser cuidadoso,
como cuando se injertan los rosales.
25
Ignoro
si el amor es amante o amado.
Sólo sé que le adeudo bellísimos infiernos.
30
Ah, cómo demorarme
en las playas desiertas
cuando se aleja el mar y los naufragios dialogan
con la arena.
38
La duda es un extraño paraíso
donde Dios puede al fin dejar de ser eterno.
40
En el fondo de mí, altos acantilados.
No sé si alguna vez llegaré hasta ellos
o si regreso ya de la caída.
50
Siempre
habrá una ráfaga de pájaros errantes
en la mendicidad de los poetas.
51
Suelo humillar a Dios
creándolo a mi propia semejanza.
61
Asumo la tortura
del ser que se condena a denunciar el esplendor.
Ritzos restaña
el sol de venas rotas
que fue Miguel Hernández
Junto al manso D´Amicis de mi infancia/ recela el siglo en celo de sus
Emmas rapaces/ de sus hembras con filo de alhucema./ El Flaubert de mi madre/
huele a hastío/ a musgo/ a discreción./ Huele a cuero de Rusia el D´Annunzio
vedado./ (La decencia era un rito/ un embrión de sándalo./ Era indecente el
sexo de Picasso)./ Todo gime clausura/ humedad de gusanos pulcramente
engendrados./ Nuestra noche estrellada incuba radioactivos/ girasoles de
llanto.
Escucha los colores de Trakl/ las aguas vivas de su incesto./ Hay
llagas que jadean/ desalojan el Duino./ “Todo ángel es terrible”.../ Escucha
los mandalas de Pessoa/ el dios cojo de Artaud/ el sur de Gelman./ Paren de pie
palabras terminales/ que jamás nacerán/ aunque renazcan de la muerte de todos./
La cacería humana ignora esas palabras/ su proa de mandrágoras./ Nunca
comprenderán/ que ante huesos que piensan/ callar es una fragua.
Sofismas de Claudel anuncian a María./ Marilyn se desnuda en nalgas del
verano./ Fue una cortesía de Sartre/ convocarnos para entrar en la nada./ Nos
autoconvocamos para entrar a Ana Frank/ a Biafra/ a Chernobyl/ enfundados de
amianto./ Borges entró en la muerte como en una fiesta./ No fuimos conjurados.
Desdeñada por Joyce/ seducida por Marx/ violada por Freud/ Scherezade
se ahorca con albatros./ Marguerite Yourcenar se opusnigra para sus funerales
aún lejanos./ Su ardilla memoriosa/ le sugiere morir/ cuando Adriano ya no lea
el silencio./ Duras-Resnais/ procuran convencerme de que el sol de Hiroshima/
no habrá de aniquilarnos./ La nuestra sigue siendo una raza en exilio./ Sólo el
Mono Gramático está a salvo./ Quedan abiertas tumbas./ Los muertos desertaron.
Corroe el arco iris la ausencia de los pájaros./ En las computadoras/
el amor se oruga kafkianamente/ en textos para incautos./ El tiempo ya no
existe/ no ha existido nunca./ ¿Saberlo es necesario?/ El hombre/ ese quasars
apagado./ Filma Visconti. / Mahler resplandece/ junto al intocado candor de los
pantanos.